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URGENTE

LAS CORISTAS PROTAGONIZAN TODOS LOS PROGRAMAS

La eterna obsesión de la televisión italiana por las mujeres ligeras de ropa

Sarah Nile, una de las finalistas del concurso para ser corista en 'Striscia la Notizia'. (Foto: www.veline.mediaset.it)

Sarah Nile, una de las finalistas del concurso para ser corista en 'Striscia la Notizia'. (Foto: www.veline.mediaset.it)

Actualizado lunes 08/09/2008 14:13 (CET)
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DEEPA BABINGTON (REUTERS)

ROMA.- Cuando de sátiras políticas se trata, a los italianos les gustan subidas de tono, con mujeres voluptuosas en minifaldas y prendas escotadas bailando mientras las cámaras se acercan a sus pechos y piernas largas.

Por ello, las audiciones para dos coristas -llamadas 'veline' en italiano- para el principal programa satírico del país son un evento televisivo con mérito propio que dura todo el verano, transmitido a diario como entretenimiento familiar en las horas de máxima audiencia y con las más altas mediciones.

En Italia se postularon más de 5.000 mujeres para los dos lugares disponibles -para una rubia y una morena- en escandalosas audiciones realizadas en repletas plazas de todo el país, ante multitudes de sonrientes padres y espectadores.

El premio: un contrato para pasar el próximo año bailando ligeras de ropa y subiéndose a los escritorios de los presentadores de la sátira de noticias 'Striscia la Notizia', de la emisora Canale 5 propiedad del imperio Mediaset del primer ministro Silvio Berlusconi.

Dejando de lado la representación que hace de las mujeres, el formato, para los críticos, es más preocupante por lo que dice sobre la televisión italiana. Los productores del programa 'Striscia La Notizia' afirman que están satirizando al periodismo de televisión e, incluso, algunos defienden a las coristas anteponiéndolas a los programas violentos.

Sus seductores números están acompañados de investigaciones de corrupción y parodias a políticos tanto de izquierda como de derecha y celebridades. Uno de los más importantes programas del horario de máxima audiencia, le debe gran parte de su éxito a sus descaradas 'veline', cuyo nombre proviene de las hojas de papel repartidas por los censores de noticias de la era fascista.

De vuelta en el aire después de un paréntesis de cuatro años, el programa de 'Veline', que busca dos nuevas bailarinas, cosechó unos grandes registros de audiencia este verano con un 'share' del 21%, según una encuesta para el semanario televisivo 'Sorrisi e Canzoni'.

Cristina Buccino. (Foto: veline.mediaset.it)

Cristina Buccino. (Foto: veline.mediaset.it)

En las audiciones de este año, los "desafíos" de las participantes incluían ser sometidas a un interrogatorio mientras saltaban en un trampolín, cantar mientras eran empapadas con agua, o el favorito del público: beber a lengüetazos leche tirada desde lejos con una mamadera.

"La leche es buena para ti", bromeaba el presentador, mientras una desafortunada participante se limpiaba la leche salpicada por su cara. La ganadora de la noche -empapada por el agua- se mostró emocionada por llegar a las semifinales.

"Cuando pusieron la corona sobre mi cabeza, sentí una descarga de adrenalina que nunca antes había sentido en mi vida", dijo Cristina Buccino, a quien también le fascina la astronomía y la filosofía.

Sin mucha alternativa

Para algunos, el programa es uno de los mejores ejemplos de la obsesión italiana, que viene de lejos, por las coristas y la permanencia de un concepto televisivo que ha sobrevivido a los 'reality shows' y otros formatos.

Mientras que las 'veline' en 'Striscia la Notizia' son las más populares, las coristas en atuendos atrevidos pueden verse en todos los programas desde los 'shows' de variedades a la versión italiana de '¿Quién quiere ser millonario?', sin tener ninguna conexión obvia con el contenido.

"Con la excepción de la hora del informativo por la noche, contar con coristas que seduzcan al público se ha convertido en un elemento indispensable del entretenimiento", afirma Michele Sorice, profesor de historia de radio y televisión de la universidad La Sapienza de Roma.

Sorice culpó a la ausencia de una verdadera competencia en la televisión italiana, que está dominada por la RAI y Mediaset, quienes comparten el 84% de las ganancias publicitarias. Internet o la televisión por satélite y competidores como Telecom Italia siguen siendo actores con mucho menos peso.

Los jefes de la televisión italiana usualmente tienen presupuestos más pequeños que en otros países, de modo que evitan arriesgar y prefieren formatos probados y seguros como el 'Veline', analiza el profesor. "Para los hombres es como una trampa, y para las mujeres representan un modelo de éxito y moda", agrega.

Maria Anna Angelucci, otra de las finalistas. (Foto: veline.mediaset.it)

Maria Anna Angelucci, otra de las finalistas. (Foto: veline.mediaset.it)

Éxito mágico

Lilli Gruber, una presentadora y corresponsal de guerra italiana cuyo estilo sensato la convirtió en un símbolo de la televisión de calidad, afirmó que la popularidad de las coristas es un emblema de las obsoletas expectativas y del estatus secundario de las mujeres en Italia.

Sólo el 45% de las mujeres italianas tiene empleo, uno de los índices más bajos dentro del primer mundo. Ocupan sólo el 21% de los asientos en la cámara baja del parlamento y poseen apenas un 17% de los puestos gerenciales en el país.

Las mujeres en atuendos atrevidos, no obstante, están en todas partes. Una curvilínea mujer en una tanga de leopardo mira con timidez por encima de su hombro en una publicidad de alcachofas envasadas. Otra está sólo envuelta en tallarines para promocionar libros de cocina.

"La televisión es un espejo de la sociedad y la sociedad italiana les dice a las mujeres que deben lucir sensuales y jóvenes todo el tiempo", dijo Gruber, ahora miembro del parlamento europeo. "No podemos salir del estereotipo de la diosa o la mujer súper sexy", agregó.

A un nivel más amplio, prosigue Sorice, en una nación donde la burocracia sofoca la ambición y ascender en la escala laboral lleva décadas, la moda de las coristas aprovecha la obsesión italiana con la "belleza" y el atractivo del éxito de la noche a la mañana.

Convertirse en una corista a menudo equivale a un rápido pasaporte hacia lucrativos contratos publicitarios o a un coqueteo con una estrella del fútbol. La ministra de Oportunidades Igualitarias de Italia, Mara Carfagna, fue una de ellas, y la ex 'velina' Elisabetta Canalis ganó contratos y el corazón del delantero del fútbol italiano Christian Vieri.

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