Ser amigable con el medio ambiente, un estilo de vida

Ser amigable con el medio ambiente, un estilo de vida

Según datos recientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), somos 8.000 millones de personas viviendo en la Tierra, un planeta cada vez más amenazado, donde los recursos naturales se están agotando, puesto que cada persona come, consume agua, bienes, servicios y se mueve de un lugar a otro y desafortunadamente, la gran mayoría lo hace de manera irresponsable.

Para afrontar los grandes retos que tenemos, como reducir el impacto negativo en el medio ambiente y resolver los problemas ambientales, es necesario generar acciones.

Sin embargo, muchos se preguntan si las acciones de unos pocos sirven de algo. La respuesta es si, cada acción que tomemos a nivel individual o colectivo, cuenta, por pequeña que sea. Igualmente, el ejemplo que dan algunos, es positivo para los demás.

Tomar acciones como llevar un estilo de vida sostenible puede impedir que el planeta continúe deteriorándose. Adoptar un estilo de vida amigable con el medio ambiente se trata de vivir bajo un modelo respetuoso y saludable, con el compromiso de tener un mejor futuro para todos. También, significa tener un estilo de vida que beneficie a la naturaleza a través de nuestras interacciones con ella y hacer un buen uso de los recursos que nos provee.

Luego, ser amigable con el medio ambiente y seguir un estilo de vida sostenible, implica hacer cambios en nuestro día a día. Pero primero, debemos revisar nuestro modo de vida para que esos cambios sean adecuados y nos permitan desarrollar una verdadera conciencia ambiental y adoptar hábitos sostenibles.

A continuación, presentamos las acciones de cambio más relevantes:

Consumo responsable. Disminuir el desperdicio de comida, agua y energía. Consumir productos que no causen daño ambiental.

Movilidad sostenible. Reemplazar el uso del automóvil por la bicicleta o el transporte público. Otras alternativas convenientes son compartir el auto con otras personas o caminar.

Alimentación sostenible. Reducir el consumo de carne y alimentos derivados de animales, comer más frutas y verduras y comprar productos locales y de temporada.

Proteger las fuentes de agua. La contaminación y el calentamiento global son graves amenazas para el agua. No arrojar desechos de ningún tipo en ríos, lagos, arroyos y quebradas, así como consumir el agua responsablemente son acciones que contribuyen a la conservación de este recurso imprescindible para la vida.

Respetar y conservar la biodiversidad. La biodiversidad ha disminuido a un ritmo alarmante en los últimos años, como resultado de actividades humanas desmedidas. Las consecuencias son peligrosas para la salud y bienestar de todo el planeta, por consiguiente es prioritario tomar medidas para proteger la fauna y flora y promover el uso sostenible de los ecosistemas.

Aplicar la regla de las Tres Rs. Reducir la cantidad de residuos se logra disminuyendo lo que se produce y consume.

Reutilizar artículos para diferentes usos en lugar de desecharlos.

Reciclar materiales de desecho para reinsertarse en la cadena productiva como materia prima.

Disminuir el consumo de plástico. Los plásticos de un solo uso como platos, vasos y cubiertos perjudican gravemente al planeta. Existen soluciones amigables y ecológicas como los platos y vasos de GreenSmart, 100 % compostables, hechos con material orgánico.

Educación ambiental. Aprender a ser amigable con el medio ambiente es posible mediante la educación ambiental, que busca transmitir el conocimiento, sensibilizar y promover la conciencia en niños y adultos ante los problemas medioambientales, fomentar su interés por el cuidado del entorno y ampliar sus conocimientos ecológicos.

Todos sin excepción, debemos ser más amigables con nuestro entorno natural, respetar y conservar la naturaleza, cambiar nuestros hábitos y  hacer mejores elecciones al consumir.

 

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