Carta 1: A ti, que te rompí el corazón, Mateo

1.8K 79 31
                                    



A ti, que te rompí el corazón, Mateo



¿Sabes? No he escrito una carta desde que tenía 7 años, justamente cuando dejé de creer en Papá Noel. Y se siente raro que vuelva a escribir, de hecho no sabía cómo empezar. Sé que quiero disculparme contigo y por alguna extraña razón pensé que por escrito sería más fácil, así las palabras quedarían ahí para siempre. Si te tuviera frente a mí, Mateo, créeme que terminaría bajando la mirada y retirándome, sin darte la disculpa que te mereces. En serio me siento mal por todo lo que pasó, jamás pensé que las cosas se descontrolarían, que se me irían de las manos.

Nunca pensé que podría hacer daño a alguien. Nunca pensé que sería a ti.

Fui mala. Lo fui contigo. No debí serlo. No con alguien como tú. No contigo.

Nosotros nunca fuimos amigos. Nos conocíamos desde la primaria pero nunca conversamos, no fue hasta la secundaria, segundo de secundaria para ser exactos. Tuvimos examen y yo no tenía lápiz, así que te pedí uno ¿Sabes por qué te lo pedí a ti? Porque yo ya te había observado antes y sabía que tú tenías demasiados lápices extras en tu lapicera. Me entregaste el que tenías en la mano y sacaste otro para ti. Terminando el examen te regresé el lápiz y te sorprendiste mucho ¿Recuerdas? Me dijiste que era la primera vez que te regresaban un lápiz que prestabas, que normalmente se los quedaban. Yo sólo te sonreí. Al día siguiente, cuando estaba preparando mi mochila para ir a la escuela, vi mi lapicera ¿Sabes qué hice? Claro que lo sabes. No la guardé, y claro que sabes el motivo, lo hice porque quería volver a pedirte un lápiz. No vi nada malo en eso. Tú tampoco lo viste. Y me prestaste el lápiz. Nos agregamos en Facebook ése mismo día. Y en la noche chateamos mucho, no dormí prácticamente nada porque estaba platicando contigo. Y es que en serio disfrutaba platicar contigo, yo platicaba mucho y tú eras más cortante, pero cuando nos quedábamos sin tema de conversación me enviabas un link de un video gracioso de YouTube y volvíamos a platicar nuevamente. Al día siguiente tenías unas ojeras muy marcadas. Yo también las tenía. Y tú lo notaste. Y nos sonreímos mutuamente.

Hicimos rutina el hablar todos los días. Hablábamos de cosas graciosas. Me parecías una persona tan divertida y podía pasar horas platicando contigo sin aburrirme. Pasaron 3 meses. 90 noches en las que chateábamos sin falta. Y fue cuando me equivoqué de conversación. Te quería enviar un meme, pero por accidente te envié una foto mía en una pose algo provocadora y lanzando un beso. Me asusté demasiado. Esa foto era la que le quería enviar a mi novio. Tú no sabías que yo tenía novio, por muy amigo que eras mío no lo sabías. Apenas te estaba escribiendo que por favor ignaras esa foto, que lo sentía, que me había equivocado y que sentía demasiada vergüenza. Pero antes de enviarte mi mensaje tú ya me habías respondido, primero con una carita enamorada (esa que tiene corazones en los ojos y una enorme sonrisa) y luego me enviaste una foto imitando mi pose. Y tú te veías tan divertido, tan afeminado y comencé a reírme a carcajadas. Y me sentí un poco aliviada. Borré el mensaje que había escrito anteriormente y te respondí una carcajada.

Seguimos platicando y nuestra confianza iba aumentando cada vez más. No entiendo por qué nunca te dije que tenía novio. En serio aún me lo pregunto.

Cada que chateábamos era de ley que nos enviábamos corazones o caritas enamoradas. Platicaba contigo como si hablara con mi propio novio.

Un día te diste cuenta que tenía novio. No sé cómo te diste cuenta, nunca publicaba nada en Facebook porque no quería que mi mamá se diera cuenta. Y nunca te pregunté cómo lo descubriste y no te lo voy a preguntar ahora. Porque no me importa.

Sólo sé que me reclamaste. Al principio actué a la defensiva, diciéndote que yo nunca me mostré lanzada. Tardaste 20 minutos en contestarme. Y tu respuesta fueron capturas de pantallas de nuestras conversaciones donde nos hablábamos de manera muy linda. Vi que me tenías agregada como "Liliana BGE". Y te pregunté que por qué me tenías así. Tu respuesta fue "Liliana Best Girl Ever, porque para mí tú eras la mejor chica de todas, no entiendo por qué nunca me lo dijiste ¿Sabes? Yo en serio estoy enamorado de ti". Y yo me quedé helada. No sabía qué responderte. Yo no estaba enamorada de ti, yo estaba enamorada de mi novio. Pero no te lo dije. Yo sólo te respondí "Yo también estoy enamorada de ti" y te inventé una historia diciéndote que yo no quería a mi novio, que ya quería cortar con él, pero no quería lastimarlo, te dije que quería romper con él y quería salir contigo.

No debí decirlo. Porque no era verdad. No sé por qué lo dije.

Y tú. Tan bueno. Tan noble. Tú, Mateo, me creíste. Y te portaste aún mucho mejor conmigo.

Y yo. Tan mala. Tan desgraciada. Yo, Mateo, te mentí. Y te seguí mintiendo por 2 meses más. Luego mi novio vio los mensajes. Me confrontó. A él le expliqué la verdad. Y lo único que me dijo fue "quiero que decidas. Él o yo. Si lo escoges a él yo me voy, pero si me escoges a mí te olvidas de él". Y me quedé meditando.

A mi novio lo quiero mucho, lo quiero más de lo que te quiero a ti. Por eso lo escogí a él. Por eso te dije la verdad, te dije que no planeo dejar a mi novio, te dije que jugué contigo. Y no te dije todo completo, porque al ver tus ojos llorosos yo bajé la mirada y me fui, dejándote plantado, dejándote herido. Escapé, escapé sintiéndome miserable, pero estoy segura que tú te sentías aún peor. Y lo siento mucho. Lamento tanto eso.

Mateo, entiendo si no me quieres perdonar. Yo tampoco me perdonaría. De hecho sigo sin perdonarme. Pero al menos quiero que sepas que estoy consciente de que hice mal, que no debí haber hecho lo que hice. Y mucho menos a una persona tan especial y buena como tú. Me pongo en tus zapatos y si a mí me hubieran hecho lo que yo te hice... no sé si llegaría a perdonar.

Espero te vuelvas a enamorar. Pero no de mí. No de alguien como yo. Enamórate de una chica buena, eso es lo que te mereces, eso es lo que se merecen las chicas buenas, se merecen a chicos amables y buenos como tú.

Sabes que yo voy a estar para ti cuando lo necesites. Pero sé que no vas a volver a recurrir a mí. Yo tampoco lo haría.

No sabía escribir cartas, pero terminé escribiendo 4 cuartillas ¿Qué cosas, no? Espero leas esta carta. Te la voy a esconder en tu mochila y espero la llegues a ver y a leer. Y si no pasa, pues estás en todo tu derecho de odiarme. Como dije, no espero tu perdón, pero espero que sepas lo arrepentida que me siento. Por mi comportamiento tan tonto he perdido a una gran persona, a ti, Mateo.

Esta carta va para ti, Mateo, a ti, que te rompí el corazón.

Con muchísima vergüenza, Liliana. No Liliana Best Girl Ever. Sólo Liliana.


A ti, que te rompí el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora