NARRA ERIC:
                          
Mi celular vibra avisándome que me ha llegado un mensaje, lo desbloqueo rápidamente.
                          
Edmund: Todo está surgiendo mejor de lo planeado.
                          
Suspiro e inevitablemente una sonrisa se posa en mi cara.
                          
Edmund y yo hemos creado un proyecto beneficioso tanto para nosotros como para la comunidad juvenil e infantil de Galx. Un proyecto en el que hemos incluido a Mahia y en el que sé que no se va a negar a ser participe.
                          
Levanto mis brazos y los estiro en el aire, siento el cuerpo de Bett moviéndose al lado mío, la miró y esta se acomoda de medio lado para observarme bien, la cobija le tapa hasta la mitad de sus senos.
                          
-¿Qué sucede? - le pregunto curioso, ya que tiene un gesto pensativo pero alegre.
                          
Se limita a dedicarme una sonrisa.
                          
-Me he levantado con una idea alocada en la mente – dice. 
                          
-¿De qué trata? – preguntó. Está se sienta en la cama tapando su cuerpo desnudo con la cobija.
                          
-No creo que te agrade tanto, pero me hace mucha felicidad imaginarlo - comenta.
                          
-¿Qué tratas de decir con eso? - preguntó y me levanto de la cama.
                          
Bett también se levanta, arrastrando la cobija consigo y, se posiciona delante de mí. Haciendo que nuestros rostros no tengan otra alternativa que mirarse el uno al otro.
                          
-Quiero que nos vayamos a vivir aparte - dice y niego rápidamente con la cabeza mientras brotan unas carcajadas de mis labios.
                          
-Bett - pauso - ¿Te estas escuchando? - le pregunto con una sonrisa burlona en mi rostro - he vivido la mayor etapa de mi vida aquí y ahora que vivo con toda mi familia más que nunca quiero quedarme. 
                          
-Sera como cuando te fuiste a vivir fuera del país, cuando nos conocimos - dice Bett, recordándome el pasado.
                          
-Fueron solo cinco año de veinte tres que tengo - digo y levantando mi palma de la mano derecha para indicarle la cantidad - y me vine porque no me sentía muy cómodo lejos de este lugar.
                          
-Eric, pero es distinto. Ahora somos parejas, no podemos vivir siempre en este lugar - me dice.
                          
-Bett, este tema ya lo habíamos hablado. Y hasta donde sé, estabas muy contenta con la idea de vivir en esta casa. Me dijiste que siempre fue tu sueño - le recordé - ¿Por qué has decidido cambiar de idea tan rápido?
                          
Por un corto instante se queda pensativa y en silencio -¿Es por ella verdad? - me pregunta de repente y me asombro por su pregunta tan poco directa.
                          
-¿De qué hablas? - le pregunto supuestamente desentendido.
                          
-Eric, no soy tonta - corta - sé que es por culpa de la entrometida de la pequeña de tu sobrina que no te quieres ir a vivir conmigo.
                          
-¡¿Pero qué estás diciendo?! - me quejo, y pasó por el lado de ella evitándola, ella me agarra del brazo y lo aprieta con fuerza
                          
-¡¿Que estoy diciendo?! - repite y suelta un quejido, me zafó de su agarre y me volteo para enfrentarla- ¡Que por culpa de esa estúpida sobrina tuya, es que no quieres irte a vivir conmigo! ¡Quieres estar atrás de ella, llamando su atención como si fueras un adolescente! Crece de una maldita vez y date cuenta que ella no es la misma niña que iba detrás de ti siempre – me grita - ¡Por Dios! ¡Ella ya creció! Lo que pasa por su mente es estar atrás de chicos, fiesta y alcohol. No detrás de ti como si fueras su dios - suelta de uno solo - ¿Es que acaso te gusta tu propia sobrina? - me pregunta y niego con la cabeza, estoy hecho furia por sus palabras - ¡No me mientas Eric! ¡Esa chiquilla estúpida te trae loco! ¡¿Crees que no sé cómo le miras?! ¡A mí jamás me has mirado de esa manera! solo me miras lindo cuando estamos teniendo sexo - grita Bett y las lágrimas comienzan a caer por sus mejillas.
                          
Siento impotencia y al mismo tiempo lastima, tengo las emociones revueltas. Me molesta que Bett trate a Mahia como si fuera cualquier persona de la que estuviera hablando, pero al mismo tiempo verla llorar me conmueve. Es extraño, pero la entiendo, mi trato con ella ha cambiado demasiado, no le dedico tiempo que no sea para sexo.
                          
Me acerco a Bett y la abrazo, la escucho sollozar en mi hombro. Por un instante viajo a cuando Mahia también estuvo en esta posición. Niego rápidamente con mi cabeza para sacarme esos recuerdos. 
                          
Joder, ¿Por qué tengo que pensar en ella en un momento tan delicado como este? ¿Qué has hecho conmigo, Mahia? 
                          
Bett tiene razón, Mahia me está volviendo loco. Y lo peor es que llevamos tiempo sin hablarnos y realmente me ha hecho caso con eso de darnos un espacio, cosa que no quería. Me he desilusionado un poco, debido a que por las mañanas he esperado así sea un buen día de su parte cuando salimos de casa al tiempo, y ni eso ha sido capaz de pronunciar.
                          
Vuelvo a la realidad y apartó un poco a Bett de mi cuerpo cuando escucho que se ha calmado.
                          
-Solamente déjame pensarlo un poco más - le digo, tratando de calmar la situación.