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Año 9 / No. 377 / Noviembre 9 de 2009 Xalapa • Veracruz • México Publicación Semanal

Fallece Claude Lévi-Strauss, padre del estructuralismo

Es el teórico más prolífero de la antropología en el siglo XX, opinó Félix Báez Galván, director de la Facultad de Antropología

“Era el estructuralismo en persona”, comentó Jorge Solano Uscanga, académico de Antropología

David Sandoval

“Un gigante del pensamiento francés muere” fue la llamada de Le Figaro para hacer notar la certeza de un dato: la muerte de Claude Lévi-Strauss a la edad de 101 años, acaecida durante la mítica noche del 1 de noviembre, celebrada en distintas partes del mundo como el momento coyuntural en que un ciclo finaliza y otro nuevo inicia.

Para el presente número de UniVerso, solicitamos la opinión de catedráticos de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), quienes coincidieron en calificarlo como una figura imprescindible del pensamiento antropológico y de las ciencias sociales en general.

“Es el teórico más prolífero de la antropología en el siglo XX, ya que diseñó un modelo para el análisis general y universal de la mente”, explicó Félix Báez Galván, director de esa Facultad. “Ese análisis se debía hacer a través de las manifestaciones culturales, concretamente del parentesco, la mitología y el intercambio”, añadió.

“Nos deja una obra escrita maravillosa, poseedor de un estilo convincente y contundente, además de ser una persona preocupada por ir más allá del empirismo”, razón por la cual plantea la idea de una estructura para explicar los fenómenos sociales, agregó Báez Galván.

Al respecto, Jorge Solano Uscanga, docente de la Facultad, definió así al etnólogo: “Claude Lévi-Strauss era el estructuralismo en persona”. Heredero de una formación intelectual positivista iniciada con Descartes y seguida por Rousseau, Comte, Marcel Gauss y Durkheim, el siguiente en esa línea de pensamiento es Lévi-Strauss, puntualizó.

La corriente intelectual del desencanto europeo, grupo que encabezó en París las revueltas universitarias de aquel fatídico 1968, lo convirtió en una leyenda viviente del pensamiento, asociándolo con filósofos de la talla de Louis Althousser y el grupo del pensamiento existencialista encabezado por Jean Paul Sartre, comentó Solano Uscanga.

Sin embargo, su vida fue distinta a la de los autores mencionados; al ser proveniente de una familia judía de la región de Alsacia, tuvo que escapar de la persecución nazi y refugiarse en Estados Unidos en 1941. Ahí confraterniza con representantes del movimiento surrealista y comienza una investigación que rinde frutos con la publicación de Las estructuras elementales de parentesco (1949), donde plantea que la base de las sociedades se establece al unir familias mediante la alianza de las hijas con miembros de otros grupos, postura que causa revuelo en el medio intelectual.

Pero es con la obra Tristes trópicos (1955) que alcanza un reconocimiento más allá del medio académico, trascendiendo las fronteras de la etnología y ser considerada –ésta, que es a su vez un diario de viaje, la descripción de una investigación entre los indios nambikwara del Brasil, y una reflexión profunda sobre el ejercicio científico– como una de las novelas en francés más importantes del siglo XX, consigna Le Figaro en su nota.

“En el libro descubrimos a un viajero preocupado por los desastres del planeta, atormentado por la destrucción de la especie humana y sociólogo de la ecología, a pesar de que el término todavía no se inventase”, detalla Roger-Pol Droit en su homenaje-obituario publicado en Le Monde el pasado 3 de noviembre.