California alberga decenas de pueblos fantasmas que, por algún motivo, suelen ser visitados por muchos turistas que recorren el estado norteamericano y se nutren de las historias o leyendas que tienen estos lugares. En esta oportunidad, y a metros del mar, se encuentra una ciudad que posiblemente sea la más extraña dentro del distrito y esconde un festival que atrae a cada vez más gente.
Se trata de Bombay Beach, ubicada en la costa oriental del mar de Salton, que en la actualidad no llega a los 300 habitantes. Sin embargo, a pesar de estar abandonada, se destaca por el teatro callejero, la ópera clásica y el arte, lo que muchos agradecen por la posibilidad de exponer su trabajo con total libertad.
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En la década de 1950, la playa vivió una breve época de esplendor con variedad de turistas, y una de las leyendas cuenta que Frank Sinatra llegó a actuar cuando era una ciudad. Tiempo después, tras el gran éxodo de parte de la población, el pueblo sobrevivió como decorado para películas de zombis y de series, principalmente de directores que recién comenzaban su carrera.
¿Cómo es el festival del pueblo de California?
Todas las primaveras, el pueblo con terrenos baldíos, remolques en ruinas y fachadas cubiertas de grafiti, organiza una celebración de tres días llamada La Bienal donde combina arte, música, filosofía y, al mismo tiempo, convoca a informarse sobre la crisis ambiental cada vez más profunda que se desarrolla en el mar de Salton. Pero lo más llamativo es que las fechas se mantienen en secreto y se cambian intencionalmente para garantizar que “solo asistan al evento aquellos con alguna conexión personal con la gente y el lugar”.
Con la llegada de “la gente de Los Ángeles”, como califican al grupo de artistas que se aloja en la ciudad para participar en su festival, los pocos residentes de Bombay Beach reabren tiendas y aprovechan los días para satisfacer las necesidades que surgen durante esa semana.
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Normalmente, aunque su asistencia se estima en cientos de personas, La Bienal no cobra entradas, lo que la convierte en un espacio gratuito para que muchos artistas puedan dar a conocer sus obras. Algunos turistas han calificado al festival como “un sueño bohemio” y el “anti-Burning Man”, comparándolo con el reconocido evento que se organiza en Nevada.
