Arquitectura

La TORRE EIFFEL cambiará de color a finales de 2022

La torre más famosa del mundo, la que construyó Eiffel en 1889, está siendo repintada de un color ocre mostaza que le dará un brillo más dorado. Estos son los detalles de esta nueva revolución francesa.
© Alamy

La torre Eiffel, el monumento más conocido, visitado y fotografiado del mundo, está siendo ya pintada de color jaune marron (amarillo oscuro) con motivo de los Juegos Olímpicos de 2024. Al menos es lo que han anunciado las autoridades francesas, que han decidido volver al tono que su ingeniero jefe, Gustave Eiffel, eligió para ella a principios del siglo XX. No es la primera vez, aunque parezca increíble, que la Tour cambia de color. De hecho, en las 19 veces que ha sido repintada ha pasado del rojo inicial al ocre (de 1892 a 1899), el amarillo (hasta 1907), el marrón (hasta 1947), el rojo (de 1954 a 1961) y finalmente ese marrón agrisado con el que la conocemos los que nacimos después de 1968, el último año que cambió de imagen. Hasta la fecha.

© MIR

"Esta nueva capa de pintura le dará un toque más dorado para los Juegos Olímpicos que el color con el que estamos acostumbrados a verla", le contó Patrick Branco Ruivo, director de la Sete (Société d’Exploitation Du Monument) a la revista Paris Match. "Ya se puede ver un poco en la parte de arriba, por donde se han empezado los trabajos. El cambio no es revolucionario, pero cuando haya cielo azul tendrá reflejos metálicos, brillantes", concluyó. El caso es que este monumento se repinta cada 7 años, algo imprescindible para su conservación y era necesario comenzar a decapar todas esos kilos de pintura añadidos a la estructura original. De las 10.000 toneladas de su peso total, 300 pertenecen a las 19 manos que se le han proporcionado desde que se puso en pie para la Exposición Universal de París de 1889. El problema es la seguridad de los pintores funambulistas que la están pintando porque además de tener el reto de trabajar a gran altura, los pigmentos están llenos de plomo muy tóxico para la salud.

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Cuando se construyó a finales del XIX no se había elegido un tono definitivo para ella y por lo tanto era roja, como la mayoría de los puentes y estructuras ferroviarias que Eiffel repartió por el mundo. Ese era el color de fábrica con el que se recubría por defecto el hierro para evitar su oxidación. Unos años después se tiñó de varios tonos distintos de amarillo y así siguió su periplo cromático. "La pintura es el elemento esencial de la conservacion de una obra de metal", dijo Gustave. Sin ella, se deteriora rápidamente. El Ayuntamiento de París consiguió hace años, decapando una pequeña parte de su superficie, encontrar los diferentes matices con los que ha sido pensada en las sucesivas décadas hasta que encontró el ocre mostaza exacto elegido por el ingeniero francés en 1907, cuando ya era evidente que la Torre se quedaba de forma permanente en la ciudad. Con ese color la veremos en noviembre de 2022 con un poco de suerte, preparada para cumplir su papel icónico en los Juegos Olímpicos de 2024.

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Durante su veinteavo repintado se decapará un 10% de los 250.000 m² de su superficie total, incluyendo el arco del Trocadero. Para ello las autoridades francesas han asegurado que necesitarán 60 toneladas de pintura que aplicarán 25 profesionales a lo largo de un año y medio aproximadamente. Toda la operación costará unos 50 millones de euros. Y la pregunta del millón: ¿por qué eligió Eiffel ese color y no otro? Para Pierre-Antoine Gatier, arquitecto jefe de Monumentos Históricos, "sin duda para que se hiciese eco del conjunto de París, una ciudad de piedra calcárea" y por lo tanto ocre. Para más detalles, si sabes francés, puedes leer la información en la propia web oficial de la Tour Eiffel.