El orgasmo femenino es la fase del ciclo de la respuesta sexual tras la excitación en la que se produce un placer intenso acompañado de un reflejo muscular con varias contracciones, una sensación de abandono y descontrol y, en consecuencia, una liberación de tensión.
Existen varios tipos de orgasmos sexuales
Orgasmos de pezones
Los pechos y los pezones son algunas de las zonas más erógenas de nuestro cuerpo, y se pueden alcanzar orgasmos simplemente estimulándolos. Para alcanzar dicho orgasmo: Dile a tu pareja que te acaricie, bese y/o chupe los pezones y los pechos hasta que llegue el orgasmo; o bien auto estimúlate tú misma con movimientos circulares hasta llegar al orgasmo.
Orgasmo clitoriano
Se produce cuando estimulamos el clítoris que posee miles de terminaciones nerviosas destinadas a generarnos el mayor placer, el clítoris solo tiene esa función en el cuerpo de la mujer, producirnos placer. Para conseguir dicho orgasmo: comienza estimulando otras partes del cuerpo y los alrededores del clítoris antes de llegar a este. Si eres como la mayoría de mujeres, es el camino el que te lleverá directa al orgasmo.
Si en cambio eres de las pocas mujeres a las que les cuesta llegar al orgasmo mediante la estimulación de este punto, prueba con un vibrador especial, como los succionadores de clítores, los cuales son capaces de hacerte llegar al clímax en tiempo récord.
Orgasmo vaginal
Es el orgasmo que se consigue a través de la penetración pero este tipo de orgasmo, ¿es un mito o una realidad?
Según los expertos solo una de cada cinco mujeres han experimentado este tipo de orgasmo, para conseguirlo, existen algunos consejos:
- Asegúrate de que ese tipo de estimulación te gusta. Sino te resulta placentera, prueba otro tipo de orgasmo con otras formas de estimular el cuerpo.
- Si la penetración nos resulta placentera, excitante. Empieza a simultanear la excitación del clítoris con la vaginal. Por ejemplo, mientras te masturbas en la ducha, puedes centrarte en el clítoris y, al llegar a sentir placer, comenzar a estimular la vagina.
- Decidir con qué quieres estimular la vagina. Hay mujeres que prefieren optar por los dedos y otras que prefieren utilizar un juguete, porque es más cómoda la postura para, por ejemplo, estimular el punto G o la entrada del cuello del útero.
- No obsesionarse con tenerlo. Cuantas más queramos tenerlo, menos posibilidades habrá. El motivo es que la mente estará concentrado en ello y no en sentir placer.
- Estar abierto a nuevas experiencias y otras formas de satisfacción sexual.
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