¿Creés que viste una y cien películas de terremotos? No es verdad. 2012 podría haber nacido como si durante la filmación de una peli de terremotos, con puro decorado y carpintería móvil en destrucción, ocurriera un auténtico terremoto: es la máxima amplificación del cine catástrofe, con tsunamis que generan olas de 1,5 kilómetros de alto; maremotos impredecibles; nacimiento de volcanes en segundos; ríos de lava y lluvia de piedras gigantes encendidas; tierra que se abre bajo los pies, o bajo las ruedas del auto; tornados; puentes que se desarman como si fueran de cartón pintado.
2012 compendia todas las formas posibles de morir en una sola película, como si fuera un catálogo de catástrofes para servirse... y probablemente morir en el intento. El héroe de esta historia no es un veterano de guerra, fortachón, de buen corazón y con puños duros, sino Jackson Curtis (John Cusack), un escritor fracasado que conduce limusinas de día y se ha alejado de su familia. Un antihéroe para un mundo que probablemente no pueda ser salvado.
Cusack aseguró que, de entrada, el guión le pareció gracioso: "No sé si el pensamiento del fin del mundo puede tener algo de gracia, pero esta película tiene un humor negro que me pareció muy interesante". Humor, lo que se dice humor, no tiene. A menos que resulte simpática la manera en que la vida como la conocemos se va cayendo a pedazos a nuestro lado.
El filme de Roland Emmerich (Día de la Independencia, El día después de mañana) está basado en la profecía maya que asegura que al final de su calendario, que muchos astrólogos y numerólogos sitúan en el año 2012, llegaría el final de todo. Más precisamente, el 21 de diciembre de ese año.
Mitos y certezas
La idea original de la película fue del coguionista Harald Kloser, quien dijo que "cada civilización en la Tierra tiene un mito de diluvio", y que cuando "las cosas van mal, la sociedad no funciona, el planeta tiene que volver a empezar. Alguna gente tiene una segunda oportunidad para comenzar una nueva cultura, una nueva sociedad, una nueva civilización".
Para el propio Emmerich, "existen una gran cantidad de elementos políticos y filosóficos, que creo se agregan al elemento cataclismo". Y es cierto. Hay una suerte de drama moral en la película, que enfrenta a los que conocen el final inmediato y quienes mueren sin saber por qué. Y entre quienes tienen la posibilidad de salvarse (billetera mata galán y cerebro) y quienes no. Los políticos del mundo (bueno, de ese mundo amplio de Hollywood que se cierra en los Estados Unidos y un poquito más) que tienen en sus manos millones de vida, son un desastre, lo que para una película de desastres viene a cuento. Es que en las altas esferas existe un plan, que le dará la posibilidad a algunos de seguir adelante. ¿Quiénes? ¿Cómo? ¿Por qué?
Thomas Wilson, el presidente negro (Danny Glover) de los Estados Unidos, entiende el fin del mundo a su modo, honorable y cinematográfica. Uno de sus jefes, Carl Anheuser (Oliver Platt), tiene una mirada diferente.
El bocón
Aunque toda la gran información del desastre se maneja en un reducidísimo grupo de elite mundial, hay un loquito que se las sabe todas: Charlie Frost, que tiene un programa de radio desde una combi, dice tantas gansadas que más tarde o más temprano pueden hacerse realidad.
"Charlie ha puesto en marcha un programa de radio que se emite fuera del Parque Nacional de Yellowstone, vive en una caravana y le dice al mundo que el fin se acerca", cuenta Woody Harrelson, quien da vida al colorido personaje. "Me gusta interpretar a tipos así; es estupendo tener la oportunidad de pasarme de la raya. Aunque en el caso de Charlie, en realidad no se ha pasado de rosca".
"Todo lo que aparece en esta película me atrae", dijo Marc Weigert, supervisor de efectos visuales y coproductor del filme. "Más de la mitad de la película son efectos visuales. Creo que Roland ha encontrado la manera de poner casi todos los desastres naturales imaginables dentro de este filme.
Jackson quiere salvar a su familia (a sus dos hijos y a Kate, interpretada por Amanda Peet) a toda costa, y para eso mueve cielo y tierra... o se escapa entre el cielo, la tierra y el agua que se mueven a su alrededor. Busca una segunda oportunidad, como la Tierra. La primera escena que rodó Peet fue en un supermercadito que se desploma. Ella, nueva en el género de acción, dijo que Roland Emmerich le repetía que en esa escena mantenga el registro de interpretación a niveles bajos. "Van a pasar muchas cosas terribles, no puedes pensar que esto es terrible", les dijo.
Cifras
200 millones de dólares fue el costo de producción aproximado de 2012
65 millones de dólares recaudó en su primer fin de semana en los Estados Unidos.
5 meses tardó en rodarse la película, en Vancouver, Canadá.
13 escenografías se utilizaron en cinco lugares diferentes. Además, algunos lugares con suelos movedizos prefabricados para la actividad sísmica.
500 mil toneladas de acero se emplearon en las plataformas que hacen que la tierra se mueva
Libros apocalípticos
Editorial Planeta le publicó a Lawrence E. Joseph en España Apocalipsis 2012, un estudio sobre el fin de la civilización. Allí asegura que la profecía maya es sólo el comienzo. "Hemos conseguido sobrevivir durante 4.000 millones de años, pero no creo que seamos capaces de superar este gran cataclismo", dijo en una entrevista reciente.
John Major Jenkins. Maya Cosmogenesis 2012: The True Meaning of the Maya Calendar End-Date. Ha dedicado su carrera a reconstruir la cosmología y filosofía maya. Jenkins no cree que 2012 sea un final definitivo, sino más bien "una época de transformación y renovación".
Daniel Pinchbeck. 2012: The Return of Quetzalcoatl. Dice que la fecha final del calendario maya indica un potencial cambio en la civilización que se enfrenta a la crisis. Para el autor, 2012 significará "un movimiento a un estado de consciencia superior para los humanos, un estado de vibración superior para el planeta, una nueva Edad Dorada para la Tierra".