Pasamos una cantidad significativa de tiempo en nuestro lugar de trabajo, a menudo incluso más que con nuestras propias familias, a menos que estemos involucrados en una empresa familiar. En muchas ocasiones, nuestras interacciones más frecuentes son con colegas como Rosa del departamento de contabilidad, quienes pueden ejercer una influencia significativa en nuestras vidas. Un estudio realizado en 2015 reveló que tener amistades genuinas en el entorno laboral puede generar una felicidad equivalente a recibir un aumento salarial de 100.000 euros al año. Además, según una investigación de la Universidad de Harvard, las personas que mantienen conexiones sociales con sus compañeros de trabajo tienden a ser considerablemente más productivas que aquellas que no lo hacen. Además, estas personas tienen un 40% más de probabilidades de ser promovidas en sus puestos laborales.

La ciencia y la psicología han avanzado en la comprensión de las propiedades curativas de la amistad. Los amigos en el trabajo no solo nos ayudan a mantener nuestra mente activa, lo que puede contribuir a prevenir enfermedades como el Alzheimer, sino que también mejoran la salud de nuestro sistema cardiovascular y nos asisten en superar situaciones traumáticas. Además, fomentan nuestra empatía y, en definitiva, pueden prolongar nuestra vida.

Sin embargo, hacer amigos en el ámbito laboral, a pesar de sus beneficios para el bienestar y la motivación, se está convirtiendo en un placer cada vez más difícil de alcanzar. El trabajo remoto, que se está volviendo cada vez más común incluso con modalidades mixtas, ha llegado para quedarse. Aunque algunas empresas han comenzado a reintegrarse a sus oficinas, otras han optado por mantener el trabajo remoto de forma parcial o completa. Para aquellos que han regresado, ¿las dinámicas en el trabajo siguen siendo las mismas que cuando se mudaron a casa?

Tomar decisiones profesionales sólidas es crucial en el ámbito laboral, según lo sugiere Bashan. En lugar de caer en las trampas de las relaciones amistosas en el trabajo, centrarse en decisiones laborales bien pensadas puede no solo aumentar el bienestar general, sino también incrementar la felicidad en el entorno laboral.

Bashan ofrece tres claves para reforzar la idea de que hacer amigos en el trabajo puede no ser siempre beneficioso:

Evitar el Drama

Es común ver a grupos de amigos en el trabajo conspirando para influir en las políticas de la empresa o retrasar reuniones para cumplir sus propias agendas. Sin embargo, este comportamiento puede atrapar a las personas en un ciclo conspiratorio que termina generando odio hacia su trabajo. Las envidias y las comparaciones también surgen, lo que lleva a intentos de hacer alianzas para impulsar la propia narrativa, lo que casi siempre termina en fracaso. Bashan enfatiza la importancia de evitar estos comportamientos tentadores y centrarse en el trabajo como método infalible para el crecimiento sostenible a largo plazo.

Mantener Límites Claros

Las verdaderas amistades se basan en la confianza mutua y el flujo bidireccional. Sin embargo, en el entorno laboral, esta dinámica se vuelve compleja. Mantener límites claros ayuda a evitar la confusión sobre quién es realmente un amigo y en quién se puede confiar en el trabajo. Confundir las relaciones laborales con las familiares puede llevar a problemas duraderos y comportamientos poco éticos. Establecer límites claros entre la vida laboral y personal ayuda a evitar estos problemas y a concentrarse en el trabajo.

Gestionar Expectativas:

Las relaciones profesionales en el trabajo se basan en expectativas más moderadas y limitadas, como el respeto mutuo y la colaboración efectiva en proyectos. A diferencia de las amistades personales, no deben incluir la expectativa de compartir aspiraciones personales o sueños. Tener claras estas diferencias ayuda a evitar malentendidos y contribuye a relaciones laborales más saludables.