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Lepra: tratable y curable

Cada cuarto domingo de enero se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Lepra, enfermedad controlada en Cuba, pero de la que aún se reportan casos en el país y la provincia santiaguera, la doctora Yamila Valiente Hernández, especialista de II Grado en Dermatología y Máster en Economía de la Salud, es Jefa del Grupo Provincial de la especialidad. A ella nos acercamos para conversar sobre el tema:

La lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por una bacteria, el Mycobacterium leprae, cuyas manifestaciones van a depender de la interacción entre el huésped y el parásito. Aunque existe en el territorio, no es un problema de salud, pero sigue ocasionando mucho rechazo por parte de la población hacia las personas que la padecen, incluso desde los propios familiares.

“Se transmite por las vías respiratorias superiores y por el contacto directo, mantenido y prolongado con un enfermo multibacilar (con lesiones infectadas en la piel). Tiene un periodo de incubación que dura, aproximadamente, de seis meses a cinco años, desde que se produce el contagio hasta que aparecen los primeros síntomas.

“Ocasiona manifestaciones a nivel cutáneo, de las mucosas, de órganos y vísceras, junto a signos generales inherentes a cualquier enfermedad infecciosa: cefalea (dolor de cabeza), dolores articulares, malestar general, calambres, parestesias (sensación de quemadura o de pinchazos), etc.

“Es común que se presenten manchas más claras que el color de la piel,  eritematosas, es decir, rosadas o pigmentadas y más oscuras que el color de la piel. Se conoce la enfermedad como la gran simuladora porque, además de estas manchas, puede provocar nódulos, pápulas, infiltraciones, o sea, un cortejo sintomático bastante florido”.

¿Podría explicar para el público que desconoce estos términos?

“Existen cuatro formas clínicas de la enfermedad según la clasificación de Madrid, y cada una tiene sus signos y síntomas. La forma indeterminada es la iniciante, tiene manchas que no exceden de cinco en todo el cuerpo con bordes mal delimitados, no se precisa dónde termina la piel enferma y dónde comienza la sana. Pueden ser de tamaño variable y asociarse con trastornos de la sensibilidad, si usted pincha esa mancha con una aguja la persona no siente, o a lo mejor siente muy poco, en comparación con la piel normal.

“También está la lepra tuberculoide que es una de las formas benignas de la enfermedad. Produce manchas que tampoco exceden cinco en todo el cuerpo, pero que están muy bien delimitadas por la presencia de pápulas o granitos, como lo refieren las personas. Igualmente, si se pincha o se coloca un objeto caliente sobre esa lesión, no se siente.

“Generalmente se acompaña de trastornos sensitivos en los nervios periféricos, estructuras que existen en el cuerpo y son las responsables de que podamos sentir cuándo nos tocan o nos están pinchando, si lo que estamos tocando es un objeto frío o caliente. Estos nervios periféricos van a estar engrosados y sensibles con tendencia a doler, incluso se puede asociar a calambres en la región.

“La lepra lepromatosa es la forma más grave de la enfermedad. A parte de los síntomas generales va a presentar manchas, pápulas, infiltraciones, nódulos… cualquier tipo de lesiones a nivel de la piel que se exceden de cinco en todo el cuerpo. Se acompaña de trastornos de la sensibilidad y los nervios periféricos pueden estar engrosados y sensibles.

“Además puede existir anestesia a nivel de las lesiones y en la palma de las manos y de los pies; alopecia, caída de las cejas y de las pestañas, así como infiltraciones a nivel de la cara, de los pabellones auriculares, y son comunes las afectaciones a nivel de vísceras con aumento moderado del tamaño del vaso, del hígado o del testículo, o inflamación de este.

“Puede existir infiltración leprosa en otros órganos como el riñón, el corazón, el pulmón, y aparecer nódulos a nivel de la mucosa nasal que provoquen la destrucción del cartílago con deformidad y sangramiento por la nariz sin tener catarro. Esta es una de las formas clínicas que más bacilos elimina, por ende, es más contagiosa.

“La otra forma clínica es la multi-bacilar (cargada de muchos bacilos), pero tiene algunos elementos que se parecen a la forma lepromatosa y otros a la tuberbuloide. Es una forma más bien oscilante con lesiones infiltradas que simulan ronchas, con un centro claro y un doble borde rosado, se acompaña de trastornos de la sensibilidad y se asocia también a alopecia de las cejas, de las pestañas y edemas en los pies”.

Lepra: tratable y curable

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Elaine Duperet
Lic. en Gestión de Información en Salud. Especialista Principal del Área de Gestión. CPICM-SC
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