Enamoramiento infantil: la importancia de acompañar a los chicos en sus primeros pasos en el amor

¿El amor tiene edad? ¿A partir de cuántos años se puede asegurar que una persona está enamorada? Pese a la postura de muchos adultos que buscan como tema de conversación las relaciones emocionales de los más chicos, para la ciencia los enamoramientos son hitos importantes e ignorados durante mucho tiempo en la vida relacional de los niños preadolescentes, que los padres y cuidadores deben discutir respetuosamente con ellos.

Estos enamoramientos en la infancia le permiten a los niños a explorar los sentimientos románticos antes de que estén listos para las relaciones románticas. A través de ellos, aprenden a hacer frente a algunas de las partes más desafiantes de desear a otro. Dicho de otro modo, los niños pueden enamorarse, pero no entienden el amor como lo hacen los adultos. No es un amor romántico.

Para los expertos, el enamoramiento cuenta con su propia categoría de relaciones, separada de la amistad o las citas. Incluso, no siempre se refieren a personas de carne y hueso, sino que también pueden aparecer hacia personajes ficticios. La experiencia de enamorarse puede comenzar desde el preescolar y los enamoramientos pueden continuar a lo largo de la vida. Por lo general, los enamoramientos son unidireccionales, aunque a veces son recíprocos.

De cualquier forma, entre los niños preadolescentes los enamoramientos son un hecho común que, además, satisface necesidades importantes. Julie Bowker, profesora asociada de psicología en la Universidad de Buffalo en Nueva York, en diálogo con CNN, explicó: “Estos niños tienen ideas románticas emergentes y sentimientos románticos emergentes, pero en realidad no están listos para traducirlos en comportamientos o relaciones románticas”. Al tiempo que descartó que sean “sexuales o sobre citas en la escuela primaria”.

Lejos de todas dudas, los expertos afirman que los sentimientos son reales y los niños pueden usar la ayuda de sus padres para comprenderlos y aprender qué hacer con ellos. Esto comienza cuando los padres toman en serio estos sentimientos. “Hay un componente emocional muy fuerte allí, y para algunos niños es difícil saber qué hacer con esas emociones fuertes”, sostuvo Catherine Bagwell, profesora de psicología en el Oxford College de la Universidad de Emory en Georgia.

En ese sentido, la docente norteamericana destacó que, un comportamiento normal, es que los chicos hablen todo el día con sus amigos sobre lo que les gusta y apenas los entiendan. Es por ese motivo que centró su explicación en los tutores y advirtió que “nunca aprendemos todos los detalles” sobre los integrantes de esta “pareja de enamorados”.

“Los padres están allí para proporcionar contexto y asegurarse de que los niños sepan que lo que sienten probablemente se haya sentido antes”, indicó Amy Lang, educadora sobre crianza y sexualidad y presentadora de Just Say This, un podcast sobre sexualidad saludable. Asimismo, la experta destacó que al hablar con los chicos se puede apelar a preguntas tales como: quién y por qué les gusta, qué tipo de cosas les gustaría hacer con sus enamorados y si podrían considerar invitarlos; además de dialogar sobre los sentimientos de ambas personas y qué hacer si no son recíprocos.

Lang destacó, además, que en modo de acompañar a los chicos es establecer “el hecho de que la amistad es parte de las relaciones románticas”. Incluso, estas charlas con los niños permite normalizar los enamoramientos y reducir la vergüenza que puedan sentir en el patio de recreo. Aunque es importante no trasladar a esta relación otros aditamentos normales en los adultos. “A veces a los adultos les gusta casi sexualizar a los niños y decir cosas como: ‘¡Ay, son tan lindos! Se van a casar’. En mi universo, todo ese tipo de lenguaje no está bien”, dijo Lang.

Según la experta, estas conversaciones hacen que las relaciones sean más grandes de lo que son e impulsan expectativas en los niños que ellos no pueden entender, ni cumplir. Con esto en mente, los padres deben tener cuidado de no minimizar los enamoramientos. “Son importantes para ellos y cuentan”, aseveró Bagwell. Quien agregó que menospreciarlos o no tomarlos en serio puede ser potencialmente dañino para los niños y podría hacerlos menos ansiosos por compartir sus sentimientos, además de que denostar estas emociones les enseña a los chicos a no tomar sus sentimientos en serio.

Si la mera mención de los enamoramientos hace que nuestro hijo se quede callado, los especialistas recomendaron impulsar esta charla igualmente. Incluso, Lang aconsejó hacer preguntas amplias sobre estos sentimientos en la escuela, si están ocurriendo. Si eso falla, los padres pueden contar sus historias de “amor” de cuando eran niños, lo que recuerdan y cómo se sintieron.

Los padres deben asegurarse de que sus hijos sepan que no son raros, ni están solos en las etapas del amor temprano. “Esto le dice a tu hijo que sabes sobre esto, y está bien hablar de eso. Aunque puede sentirse incómodo, es nuestro trabajo ayudar a nuestros hijos a tener relaciones saludables. Hasta el día de hoy, mi hijo no me dice de quién está enamorado, así que solo hablo sobre enamoramiento en general y construyo sobre eso. No es su trabajo decirnos nada o hacer preguntas. Nosotros tenemos que hacerlo”, agregó Lang.

“Una información que desearía que mis padres me dijeran cuando tuve enamoramientos tempranos es que la mayoría no resultan en relaciones. Después de todo, yo no era un fracaso romántico. Menos del 20 % de los niños de secundaria tienen relaciones románticas recíprocas”, destacó Bowker, y aseguró que “el 20% de los niños de secundaria se gradúan sin tener una relación seria y duradera”. Los niños en edad de primaria pueden beneficiarse al saber que la mayoría no está lista para una relación hasta los 10 a 14 años. Hasta entonces, e incluso después, no hay nada malo o extraño en tener enamoramientos no correspondidos.

Si bien los enamoramientos son un poco obsesivos por naturaleza, pueden ir demasiado lejos. “Ayude a los niños a comprender que algunos comportamientos pueden hacer que el objeto de sus afectos se sienta incómodo”, sugirió Bowker. Y continuó: “Hay una manera respetuosa de admirar a otra persona y una que cruza los límites, y es importante explicar la diferencia. Había dos niños en la escuela de mi hija que estaban enamorados de ella y la miraban todo el tiempo, y eso la incomodaba”.

Además, al brindar un consejo a los padres, recomendó que hablen con ellos sobre “consentimiento, respeto y límites”. La atención no deseada puede cruzar fácilmente las líneas, y los niños necesitan la ayuda de sus padres para descubrir cuáles son esas líneas y cómo expresarlas a los demás y defenderse a sí mismos. Para Bowker, los padres deben resistirse a normalizar cualquier comportamiento solo porque eran comunes cuando eran niños (no más “los niños serán niños” para tirar del cabello y otras expresiones de afecto similares) y escuchar lo que se siente bien para su hijo.

Los enamoramientos y las conversaciones entre padres e hijos sobre ellos pueden ser los componentes básicos de las relaciones románticas saludables en el futuro. Los niños tienen la oportunidad de superar los límites y el rechazo, con la esperanza de desarrollar empatía en el camino. “Habla sobre algo tan normal y común como los enamoramientos, y habrás creado el espacio para muchas más conversaciones que pueden ser más importantes a largo plazo”, concluyó Lang. Estos pueden incluir preguntas sobre género, sexualidad y relaciones sexuales. Así como los enamoramientos son ensayos de relaciones románticas para los más chicos, hablar de ellos es un ensayo para futuras conversaciones sobre relaciones románticas.

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