El patchwork ha sido una de las técnicas de moda más famosas y usadas por las personas para darle una segunda vida a las prendas. Su historia proviene desde el siglo XIX con la confección de edredones, pero poco a poco se ha ido estableciendo no solo como una forma de decoración en la cama sino como una excelente alternativa para reutilizar piezas de ropa y transformarlas en increíbles prendas multicolor.
La técnica de patchwork actualmente se ha convertido en un excelente recurso para reciclar. Y aunque este estilo de confección no siempre estuvo en tendencia, lo cierto es que poco a poco ha ganado bastante popularidad. Sobre todo porque actualmente vivimos en una era de sobreconsumo la cual ha hecho que haya más compras de artículos de moda que quizás no utilicemos y estén ocupando espacio en nuestro clóset.
Sin embargo, el patchwork promete ser una alternativa ante esa sobreproducción de moda y, así, reducir más nuestro impacto ambiental. ¿Pero sabes en qué consiste? Aquí te lo decimos.
Más que coser piezas al azar
Desde el 2020 y la pandemia de Covid-19 que afectó al mundo entero, los diseñadores comenzaron a ver en el patchwork la alternativa perfecta para reutilizar retazos de tela para la generación de sus colecciones. No es que el patchwork no fuera una tendencia antes de ese año, pero lo cierto es que este contexto social influyó de gran manera para que el día de hoy sea una de las prácticas más preferidas por los fanáticos de la moda.
Lejos de pensar que el patchwork es una actividad que consiste en pegar retazos de tela sin ningún propósito, gracias al avance de proyectos sostenibles en la moda, hoy esta técnica de confección se reinventa en una mejor alternativa para continuar con la cadena de valor y fomentar la circularidad de la moda.
El secreto del patchwork
Nos parece que el patchwork en sí no es lo fundamentalmente sostenible. Sí, suena rara esta idea, pero déjanos explicarte. Lo que realmente hace sustentable al patchwork es la manera en la que concebimos las distintas formas para transformar y generar nuevos objetos a partir de otros. Si te pones a pensar, esta técnica solo es un medio para algo más profundo: la sostenibilidad puede estar en actividades tan cotidianas que tal vez no nos demos cuenta de primera vez cuán valiosa resulta.
Por ello, el patchwork es una de las actividades sostenibles más populares actualmente y que no representa un gran gasto a nivel económico. De hecho, es muy divertido realizarla y con la tela que obtienes puedes incluso hacer otros objetos como bolsas, pantalones o incluso accesorios como sombreros o guantes. Lo cierto es que el patchwork forma parte de la creciente actividad llamada upcycling, la cual como su nombre lo indica, busca darle nuevos ciclos a las prendas.
¿Qué piezas llevar?
El patchwork es tan versátil que puedes utilizar o incluso crear tus propias prendas. En realidad, cualquier prenda con patchwork se verá en tendencia, pero lo recomendable es llevarla más como una pieza central que como un complemento. Por ejemplo, un abrigo de patchwork es una excelente opción para aquellas personas que quieren un look propositivo pero que aún les cuesta mantenerlo todo el tiempo en su cuerpo; por otro lado, un pantalón con este tipo de confección será el ideal para todos aquellos que busquen algo que realmente llame la atención.
Otra de las opciones más recomendables al usar el patchwork es llevarlo en otros accesorios igualmente centrales en tu look. Por ejemplo, una bolsa es la opción ideal ya que podrás utilizarla como un excelente complemento y además puede ser la pieza central de tu atuendo. Combínala con unos jeans o incluso con pantalones formales para lograr un excelente balance entre ambas parte.
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