Un fuerte relato

La adicción de Stephen King que inspiró Misery, uno de sus mejores libros

Misery representa el sentimiento de angustia y dolor que sentía Stephen King por ser un autor de terror, y un adicto a las drogas.
Misery de Stephen King foto
Misery, 1987Archive Photos

Misery es uno de los libros más aclamados de Stephen King y de sus más conocidos, gracias en parte a la brillante cinta protagonizada por Kathy Bates y James Caan de 1987.

Para quienes no la recuerden, Misery sigue la historia de Paul Sheldon, un novelista exitoso por su serie de libros que le dan título a la obra. En su último volumen, el autor le quita la vida al personaje para dejar ese mundo atrás y buscar el reconocimiento a través de otras obras. Emocionado por el hecho, decide manejar ebrio hacia su casa en vez de tomar el avión, lo cual causa un accidente de auto. 

El hombre es rescatado por Annie Wilkes, una enfermera que resulta ser fanática de los libros de Misery. Al inicio parece inocente y sólo quiere protegerlo, pero eventualmente Paul se da cuenta de que en realidad es un prisionero y que debe cumplir todo lo que pida Annie para sobrevivir.

Misery podría ser la obra más personal de Stephen King en su larga carrera, no sólo por presentar a un escritor como su protagonista (lo cual ha hecho varias veces), sino por profundizar en la pesadilla que es sentirse atrapado tanto en un sentido físico como psicológico.

Misery, 1987Stanley Bielecki Movie Collection

King ha afirmado que Misery fue escrita durante uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando lidiaba con su fuerte adicción a las drogas. En una entrevista dijo: “La escribí cuando estaba pasando un mal rato con la droga. Sabía de qué estaba escribiendo, no había pregunta. Annie era mi problema de adicción y era mi fan número uno. Dios. No se quería ir”, y es que el autor escribió gran parte de sus obras más reconocidas cuando era adicto a varias sustancias, incluyendo cocaína, Xanax, Valium, NyQuil, y marihuana, afirmando que incluso no recordaba haber escrito algunas de sus obras. “Ciertas partes de [Paul Sheldon] son mías. Pero si lo piensas y escribes ficción, cada personaje que creas tiene una parte de ti”, afirmó sobre el personaje. 

Pero además de su problema de drogas, el autor estaba luchando con su imagen pública, ya que el libro que publicó antes de Misery, Los ojos del dragón, fue mal recibido por los fans, ya que odiaban que dejara el género del terror para enfocarse en una fantasía época. De igual forma que Sheldon con Misery, así se sentía el autor con sus novelas, forzado a escribir cosas que no se sentían tan genuinas. Fue una forma de enfrentar los pensamientos que lo atormentaron en ese tiempo y eliminar el miedo.

De hecho, Misery fue aclamada por no incorporar elementos de fantasía que solía meter King en sus relatos, y ha sido señalada como una de sus mejores obras por mantener un fuerte realismo en todo momento. 

Originalmente, el final iba a ser mucho más brutal, según el autor. En él, Annie hace que Paul escriba todo el nuevo libro de Misery para después matarlo y usar su piel para encuadernarlo en una “edición especial”, pero King consideró que eso sería demasiado oscuro y que no le permitiría explorar bien a sus personajes, e incluso profundizar más en Paul, quien al final de la historia termina encontrando una cierta paz entre su pasado y su posible futuro, quizá igual que el autor. 

Por supuesto, el autor dejó su adicción poco después de escribir la obra y no ha vuelto a caer en los vicios. Ha logrado seguir adelante creando novelas (y permitiendo algunas adaptaciones) que siguen impactando.