El pino navideño es una de las tradiciones más emblemáticas de las fiestas decembrinas en todo el mundo; conozcamos más sobre su posible origen y cómo llegó a México.

Acerca del primer árbol de navidad no hay un origen exacto, algunos investigadores mencionan que pudo provenir de las tradiciones de los celtas, quienes utilizaban árboles para simbolizar a sus dioses. Se cree que cuando los cristianos llegaron al norte, de lo que hoy conocemos como Europa, entre el 600 y el 700 de nuestra era, observaron que los celtas celebraban en el día 8 de diciembre, el nacimiento de Frey, su Dios de la lluvia, el sol naciente y de la fertilidad relacionado con las cosechas.

La tradición consistía en adornar un árbol con antorchas, que para ellos simbolizaba el Universo. Una teoría dice que San Bonifacio, misionero inglés que evangelizaba en Alemania en el siglo VIII, corto el roble donde ofrecían sacrificios a su dios y lo reemplazo por un abeto y lo adorno.

/cms/uploads/image/file/851527/PINO_NAVIDEN_O-100.jpg

 Con el paso del tiempo y ante la incapacidad de eliminar estas tradiciones, los cristianos las adecuaron tomando elementos en común para convencer a los pueblos originarios de adoptarlas. Lo que dio como resultado un árbol en el que se colocaron manzanas en lugar de antorchas, refiriéndose al pecado original de Adán y Eva y con velas que simbolizaban para ellos la luz de Cristo; se cree también, que la forma triangular del pino era para representar la santísima trinidad. Con el tiempo siguió transformándose y las manzanas se cambiaron por las esferas y las velas por las luces.

La costumbre de colocarlo como adorno de las celebraciones navideñas, llegó a Finlandia en 1800 y a Inglaterra en 1829, para expandirse al resto de Europa. A la reina Carlota se le atribuye la introducción del árbol de Navidad en Gran Bretaña en el siglo XVIII; mientras que el príncipe Alberto popularizó el abeto a mediados del siglo XIX. El árbol de Navidad había sido nombrado por la iglesia católica como el “árbol de Cristo”.

A México, se dice que llegó con los emperadores Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota, quienes, para crear una atmosfera europea, decidieron decorar un árbol en un salón de su residencia –el Castillo de Chapultepec– para celebrar la Navidad de 1864. Se cuenta, también, que los aristócratas que los visitaron quedaron maravillados con la belleza del árbol adornado, de tal forma que se puso de moda en la alta sociedad mexicana, desplazando al nacimiento, que tenía un papel protagónico. Otra referencia indica que ya se colocaba en los hogares de familias europeas, principalmente en las de origen alemán que radicaban en México.

Con la caída del Segundo Imperio mexicano, esta tendencia de colocar el árbol quedo olvidada por muchos años, hasta que en 1878 el general Miguel Negrete –rival político de Porfirio Díaz– quizá influenciado por sus viajes a Europa y Estados Unidos, adorno un pino en el jardín de su casa. En las ramas del árbol se colocaron muchos regalos para los pequeños asistentes a la cena de Navidad, a quienes se les entregaba un boleto numerado de color rosa si era niña y azul si era niño. Al término de la posada, se bajaron del árbol los obsequios con una garrocha y se entregaron conforme a la numeración correspondiente. Los periódicos publicaron en primera plana una reseña con una foto del enorme pino lleno de regalos, poniéndolo en tendencia dentro de la alta sociedad, quienes lo imitaron en los años siguientes, compitiendo para ver quién colocaba el más bonito, grande o mejor arreglado. Sin embargo, al pueblo le tomo más tiempo adoptar esta costumbre europea.

Actualmente el árbol es acompañado por la representación del nacimiento, la estrella en la cima del pino representa la estrella de Belén que los reyes magos siguieron para dar con el paradero de Jesús. Posteriormente, se sumó la costumbre de colocar regalos bajo el árbol, estos elementos se asociaron a la figura de “Papa Noel o Santa Claus”, que se cree simbolizan los dones que Dios otorgó durante el año.

En México las opciones más comunes de árboles de navidad naturales son vikingo, oyamel, cedro blanco y ciprés, que encuentras en plantaciones forestales comerciales y en viveros especializados, en entidades como: el Estado de México, Ciudad de México, Guanajuato, Veracruz, Coahuila, Durango, Michoacán y Puebla. En el último año agrícola, en nuestro país se produjeron 810,781 plantas de árboles de navidad. Los árboles son cortados entre los 5 y 10 años de edad, tiempo en el que sirven de refugio a otras especies.

Los productores en México, utilizan principalmente el Pinus –que ocupa 87 por ciento de las plantaciones– ya que gusta mucho por su forma, color y aroma; le sigue el Pseudotsuga (abeto) que ocupa ocho por ciento; y el cinco por ciento restante, corresponde al género Abies (oyamel). 

Sigamos cultivando de generación en generación la tradición del pino navideño, símbolo universal de paz y amor. No olvidemos que es en estas fechas donde suele reunirse la familia a cenar y no puede faltar este elemento decorativo. Tú, ¿qué tipo de árbol acostumbras utilizar para adornar tu hogar, negocio u oficina en esta temporada?