Justo cuando los expertos creían conocer todos los moai de Rapa Nui, también conocida como Isla de Pascua, el lecho de un lago desecado les mantiene alerta. Estas estatuas -hechas en su mayoría de una piedra formada por ceniza y polvo volcánico- pueblan la isla, con más de 1.000 ya encontradas y registradas.

Encontrar una nueva fue una sorpresa. Y un poco misterioso.

"Creemos que conocemos todos los moai, pero entonces aparece uno nuevo, un nuevo descubrimiento, y en este caso, en el lago, en la cantera de estatuas", explica a Good Morning America Terry Hunt, profesor de arqueología de la Universidad de Arizona. "No se ha encontrado ningún moai en el lecho seco o en lo que antes era un lago, así que es la primera vez".

Y puede que no sea la última.

Al secarse la zona, el lecho del lago en cuestión ha cedido su moai. Y esta oportunidad puede volver a presentarse. "En las condiciones de sequía que tenemos ahora, es posible que encontremos más", dice Hunt. "Han quedado ocultos por los altos juncos que crecen en el lecho del lago y la prospección con algo que pueda detectar lo que hay bajo la superficie del suelo puede decirnos que, de hecho, hay más moai en los sedimentos del lecho del lago". Cuando hay un moai en el lago, probablemente haya más".

El moai recién descubierto es también uno de los más pequeños encontrados, lo que lleva a los expertos a creer que escondido entre estos juncos hay potencial para una abundancia de nuevos moai.

Creados por el pueblo Rapu Nui, los moai tienen una leyenda mítica ligada a ellos y han ganado fama mundial por sus apariciones. Algunos creen que estos moai recibieron poderes especiales para atravesar la tierra y acabar en su lugar de descanso. Tanto si la leyenda tiene fundamento como si no, hay muchas teorías sobre cómo se trasladaban estas estatuas de las obras a los distintos lugares.

Aunque la mayor de las estatuas pesa 86 toneladas y mide 10 metros de altura, la mayoría de los moai tienen la mitad de ese tamaño. Alrededor del 95% están tallados en toba volcánica, pero unos pocos están hechos de basalto. Cada uno es único, creado por escultores para representar las características de la persona a la que se parecía, a menudo un cacique o líder clave.

El toque final de los moai era la inclusión de piedras especiales para los ojos, que no se tallaban ni colocaban hasta que la estatua encontraba su hogar.

Aunque los expertos creían conocer la ubicación de todos los hogares de estos moai, el hallazgo de este nuevo y pequeño en el lecho del lago demuestra que algunos habían permanecido en el más absoluto misterio.

"Está aquí, en el lago, y nadie sabe que existe", explica a Good Morning America Salvador Atan Hito, vicepresidente de Ma'u Henua, el grupo que supervisa el parque nacional de la isla. "Ni siquiera los antepasados, nuestros abuelos, sabían de ése".

Vía: Popular Mechanics