Sin duda es uno de los vestuarios femeninos más tradicionales de México que según data del siglo XVII, su origen está envuelto en la leyenda que habla de una princesa india de nombre Mirra que fue raptada por piratas y que fue comprada por los españoles al llegar a Puebla, su manera de vestir era muy peculiar que gustó tanto a mujeres de aquella época que decidieron mexicanizar el vestuario, el que, junto con el traje charro es uno de los más vestuarios más representativos de nuestro país.
El diseño se fue reproduciendo con el paso de los años, y es hasta el siglo XIX que pasó a formar parte se la identidad nacionalista, traje típico que resalta los valores mexicanos. El diseño estaba compuesto por una blusa escotada blanca con colores de deshilado y bordado de seda y chaquira que formaban motivos geométricos y flores en vivos colores.
Este vestuario que actualmente seguimos apreciando, es la blusa en color blanco, y rebozo, la falda en bordado con lentejuelas formando la figura del águila, símbolo nacional, es típico verlo usar por damas charras y reinas de la charrería nacional, así como formar parte de los vestuarios típicos de bailarinas del folklore mexicano para interpretar el “Jarabe tapatío”.
En este mes de septiembre, tan significativo para los mexicanos durante el cual celebramos importantes acontecimientos relacionados con la lucha por la libertad de nuestro país, y en un año tan difícil que nos ha tocado vivir sobre todo por la pandemia y consecuencias, hacemos un paréntesis para recordar nuestros valores, nuestra cultura y resaltar los símbolos que nos dan identidad.
