Psicología

Propósitos de Año Nuevo: "Esta vez sí los cumplo"

La motivación para cumplir objetivos desciende a lo largo del año

Persona escribiendo

Persona escribiendo / 123RF

Ángel Rull

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El comienzo de un nuevo año es un momento especial para la mayoría de las personas. Es una oportunidad para reflexionar sobre el año que pasó y establecer metas y propósitos para el futuro. Por eso, no es raro que la mayoría se marquen unos objetivos a cumplir. Pero, a pesar de las buenas intenciones, a menudo nos encontramos repitiendo los mismos patrones año tras año.

¿Qué son los propósitos de Año Nuevo?

Los propósitos de Año Nuevo son declaraciones de intención que las personas hacen al comienzo del año con la esperanza de mejorar sus vidas de alguna manera. Pueden ser metas relacionadas con la salud, como comer saludablemente o hacer ejercicio con regularidad, metas profesionales como encontrar un nuevo trabajo o avanzar en la carrera, o metas personales como aprender una nueva habilidad o ser más consciente. Estos propósitos suelen ser una respuesta natural a la idea de un "nuevo comienzo" que ofrece el inicio de un nuevo año.

En la mayoría de los casos, los propósitos de Año Nuevo son una expresión de nuestro deseo de cambio y mejora. Queremos ser la mejor versión de nosotros mismos y aprovechar la oportunidad que ofrece el nuevo año para lograrlo. Sin embargo, es fundamental comprender que establecer propósitos es solo el primer paso en el proceso de cambio. La verdadera transformación requiere un compromiso continuo, paciencia y una comprensión profunda de las barreras psicológicas que pueden surgir en el camino.

¿Por qué fallamos en los propósitos?

Fallar en la consecución de nuestros propósitos de Año Nuevo es una experiencia común que a menudo nos deja preguntándonos por qué nuestras buenas intenciones no se traducen en acciones sostenibles. Este fenómeno, profundamente arraigado en la psicología humana, puede atribuirse a varias razones fundamentales.

¿Por qué sucede esto? Aquí hay algunas razones:

Falta de especificidad: uno de los errores más comunes al establecer propósitos de Año Nuevo es ser demasiado vago o general en las metas. Por ejemplo, decir "quiero ponerme en forma" es menos efectivo que decir "quiero ir al gimnasio tres veces por semana". La falta de especificidad dificulta la medición del progreso y la elaboración de un plan concreto.

  • Expectativas poco realistas: A menudo, establecemos metas poco realistas para nosotros mismos. Querer hacer un cambio drástico de la noche a la mañana puede ser abrumador y desmotivante. Es importante establecer metas alcanzables y a corto plazo que nos permitan ver el progreso de manera constante.
  • Falta de compromiso: a veces, establecemos propósitos sin un compromiso real. Esto puede deberse a la presión social o a la idea de que "deberíamos" tener ciertos propósitos. Para tener éxito, es crucial que realmente queramos alcanzar nuestros propósitos y estemos dispuestos a trabajar en ellos.
  • Falta de planificación: no tener un plan sólido para alcanzar nuestros propósitos puede llevar al fracaso. Un plan bien estructurado nos ayuda a mantenernos enfocados y a superar los obstáculos que inevitablemente encontraremos en el camino.
  • Falta de apoyo: a veces, intentamos cumplir nuestros propósitos en soledad, sin compartirlos con amigos o familiares. Contar con el apoyo de otras personas puede ser una fuente de motivación y responsabilidad.
  • La resistencia al cambio: a nivel psicológico, muchas personas luchan contra la resistencia al cambio. Nuestro cerebro tiende a mantenernos en nuestra zona de confort, y cualquier intento de cambiar puede desencadenar ansiedad y duda. Reconocer y abordar esta resistencia es fundamental para lograr el éxito en nuestros propósitos de Año Nuevo.

¿Es posible llegar a cumplirlos?

una comprensión sólida

Esto es lo que podemos hacer para no fallar este año:

  • Establecer prioridades: uno de los desafíos más comunes es que establecemos demasiados propósitos a la vez. En lugar de dispersar tu energía en múltiples metas, elige unas pocas que sean verdaderamente importantes para ti y enfoque tus esfuerzos en ellas.
  • Dividir las metas en pasos más pequeños: la consecución de un gran propósito puede parecer abrumadora. Dividirlo en pasos más pequeños y alcanzables te ayudará a mantenerte motivado y a medir tu progreso de manera más efectiva.
  • Llevar un registro de tu progreso: llevar un registro de tus avances te permite ver cuánto has avanzado y te brinda una sensación de logro. Puedes utilizar una agenda, una aplicación o un diario para realizar un seguimiento de tus acciones y metas cumplidas.
  • Buscar apoyo y responsabilidad: compartir tus propósitos con amigos, familiares o un psicólogo puede proporcionarte apoyo emocional y responsabilidad. Cuando otros conocen tus objetivos, es más probable que te animen y te ayuden a mantenerte encaminado.
  • Practicar la autocompasión: a medida que trabajas en tus propósitos, es importante recordar que todos cometemos errores y enfrentamos obstáculos en el camino. En lugar de castigarte por las fallas, practica la autocompasión y trata los desafíos como oportunidades de aprendizaje.
  • Revisar y ajustar: a lo largo del año, es importante revisar tus propósitos y ajustarlos según sea necesario. Las circunstancias pueden cambiar, y tus metas deben adaptarse a tu vida en evolución.

Los propósitos de Año Nuevo son una buena oportunidad para el crecimiento personal y el cambio positivo. Si abordamos nuestros propósitos con reflexión, especificidad, planificación y apoyo, aumentamos significativamente nuestras posibilidades de cumplirlos. Recuerda que el cambio lleva tiempo y esfuerzo, pero con la mentalidad adecuada y las estrategias adecuadas, puedes convertir tus propósitos en logros significativos en el nuevo año.

* Ángel Rull, psicólogo.