Colorear mandalas es una de las actividades preferidas para entretenernos, relajarnos y detener la ansiedad. No cabe duda que sus efectos sobre la mente son muchos y beneficiosos. Sin embargo, ¿por qué colorear mandalas nos relaja?

¿Qué es un mandala?

La palabra “mandala” significa “círculo” y viene del sánscrito. Estos dibujos provienen de la India y se utilizan principalmente en el budismo y el hinduismo.

Tradicionalmente se utilizan en estas religiones para la meditación, ya que son considerados representaciones del macrocosmos y del microcosmos. Es decir, contienen en sí un símbolo del universo, así como de la individualidad.

Aunque lo característico de los mandalas es que son figuras circulares, actualmente se ha ampliado la diversidad en sus formas, por lo cual se pueden encontrar desde mandalas de dibujos de animales, hasta de princesas de Disney para los más pequeños.

Los mandalas ¿qué dice la psicología?

De acuerdo con el periodista Miguel Ortiz, el psiquiatra Carl Jung utilizó los mandalas como un recurso terapéutico y como una herramienta para explicar el inconsciente colectivo. Encontró en sus diversas figuras la representación del yo de las personas que los coloreaban.

Para Jung, pintar mandalas ayudaba, tanto a sanos como a enfermos, a encontrar tranquilidad y sosiego a través de tres pasos. En un primer momento, se utiliza la capacidad creativa para elegir los colores que se ocuparán. Después, se ponen en orden esos colores para dibujar el mandala y darle estructura. Finalmente, se comienza a colorear para así liberar la mente de lo que la rodea.

La relajación y meditación

Los mandalas ayudan a relajar ya que las figuras geométricas repetidas producen una especie de hipnosis. Los patrones repetidos, así como la tranquilidad de colorearlos, crea una especie de trance. Al realizar esta tarea, todo el cuerpo descansa.

Ya que los dibujos de los mandalas son intrincados, la mente se focaliza únicamente en la tarea de colorear, lo cual genera que el consciente esté concentrado en el presente.

Gracias a este estado en el que se encuentra el cuerpo al dibujar mandalas, se podría decir que las personas entran en un proceso de meditación. Los problemas que agobian a la mente desaparecen durante ese momento.

Al estar muy estresado, es recomendado sentarse a dibujar mandalas no sólo por los efectos inmediatos de relajación ya mencionados, sino también porque la mente aprenderá a relacionar este proceso con la calma y se tendrá una herramienta más para tranquilizar las emociones. En estos momentos se puede acompañar de música o sonidos que sean relajantes.

Sin embargo, este estado de hipnosis y tranquilidad no significa que el cerebro no esté trabajando. De hecho, dibujar estas figuras activa los dos hemisferios cerebrales. Normalmente, el hemisferio derecho encargado de la creatividad se encuentra superado por el izquierdo, pero al colorear estas mandalas pasa a tener un papel protagónico durante todo el proceso.

Los mandalas son utilizados en la arteterapia tanto para adultos como niños. En el catálogo de El librero se pueden encontrar diversos materiales que se adaptan a todos los gustos y necesidades. El resultado siempre es el mismo: relajación y autoconciencia.