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¿Qué hacían 50 militares españoles en la guerra de Vietnam? Así fue la misión humanitaria que Franco ocultó

El equipo español en la entrada del hospital del Go Cong

Alicia Avilés Pozo

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El régimen franquista tuvo siempre una postura distante, alineada con los países europeos, durante los 20 años que duró la guerra de Vietnam. Deseaba permanecer al margen de un conflicto que no era bien visto en la escena internacional. Por eso, la presencia allí de militares españoles se calificó de “confidencial” pese a que se trataba de una misión humanitaria de sanitarios del Ejército en Vietnam del Sur y durante los peores años del conflicto.  

Esa misión ha permanecido en el olvido debido a su carácter secreto y a que está asociada con el régimen dictatorial de Franco, pero contiene un elemento humano de primer orden que ahora ha rescatado el escritor toledano Andrés López-Covarrubias en su libro 'Good Morning Go Cong. Una historia de españoles en la guerra de Vietnam'.  

Es el primer libro de este autor que trasciende las fronteras locales de Toledo y narra la historia del medio centenar de sanitarios militares españoles, todos ellos voluntarios, en la “desconcertante y caótica guerra de Vietnam”. Fue la primera misión humanitaria del Ejército español en el exterior, pero nadie quiso que se supiera. En el contexto internacional: la Guerra Fría, del aislamiento del régimen de Franco y la aparición de movimientos antibelicistas y contraculturales en Europa y Estados Unidos. El título es un guiño a la película 'Good Morning, Vietnam' de Barry Levinson (1987), incluyendo el Go Cong, la población vietnamita en la que se estableció durante cinco años esta misión española.

Según detalla López-Covarrubias, la narración toma como hilo conductor la vida de Ramón Gutiérrez de Terán, el suboficial sanitario que más tiempo permaneció allí: tres años y medio de los cinco que duró la misión. “Ha sido una suerte poder contar con su testimonio”, explica el escritor, aunque también ha recurrido a experiencias grabadas y textos escritos de otros protagonistas, a la prensa de la época y a la “escasa documentación oficial” que generó la misión. 

El inicio de la misión

Esta desconocida historia se remonta a 1965, cuando Estados Unidos comenzó a recabar apoyo internacional entre sus aliados. Prácticamente nadie respondió a este requerimiento, ningún país europeo. Fue entonces cuando el presidente Lyndon B. Johnson escribió a Franco para intentar comprometer a España en la lucha contra el comunismo que se libraba en el continente asiático. 

“La respuesta de Franco no tiene desperdicio. Llegó a escribir al presidente estadounidense que su experiencia militar y política le permitía apreciar las grandes dificultades en las que se había embarcado Estados Unidos, o que el estado de pobreza de los vietnamitas les empujaba hacia el social comunismo porque les ofrecía mayores posibilidades y esperanzas que el sistema liberal patrocinado por occidente. También reconoce que en Vietnam existía un problema político que no se iba a solucionar solamente con la fuerza de las armas”. Esta carta se reproduce en el libro en su totalidad.  

Pese a su particular reflexión, el dictador decidió encomendar al Estado Mayor Central del Ejército la búsqueda de 14 voluntarios entre su personal médico y de enfermería. La circular recorrió cuarteles y unidades militares de toda la España peninsular, islas y Sáhara Occidental. Al final solo se presentaron doce voluntarios: un comandante y tres capitanes médicos, un teniente especialista de laboratorio, seis suboficiales sanitarios y un capitán de Intendencia. 

López-Covarrubias también documenta que cuando los sanitarios militares españoles llegaron a Vietnam en septiembre de 1966, un veterano estadounidense que conocía muy bien las dramáticas consecuencias de adentrarse en aquel laberinto les dijo prácticamente a bocajarro: “Amigos, solo volveréis a casa la mitad”. “Ese vaticinio no se cumplió. Ni entre los integrantes del primer contingente ni entre los cerca de cincuenta voluntarios que pasaron por allí durante los cinco años siguientes hubo bajas”, afirma el escritor.

Los españoles se hicieron cargo del hospital provincial de una pequeña población, Go Cong, donde procuraron “algo de cordura y humanidad a sus habitantes”. “Nunca hicieron distinción entre pacientes, ya fuera población civil o guerrilleros del Vietcong. Fue así como se ganaron el respeto y la admiración, incluso el cariño, de amigos y enemigos”.

El libro narra cómo en el hospital convivían a diario con la desolación y la muerte, aunque también salvaron miles de vidas. Hasta allí llegaban no solo heridos y mutilados de guerra, sino también, y sobre todo, víctimas de accidentes de tráfico, niños con malnutrición, pacientes de malaria y otras enfermedades tropicales. “A todo hicieron frente con una gran determinación y una escandalosa falta de medios”. En España nada se supo. Andrés López-Covarrubias recuerda que la dictadura franquista no era transparente en sus decisiones. La misión fue calificada de “confidencial” y solo unos pocos medios informaron de la misma.

Es absurdo fijarse tan solo en la coyuntura política y no en la naturaleza del hecho en sí

Después, y durante mucho tiempo, pasó algo similar a lo ocurrido en Estados Unidos: “El resultado final del conflicto hizo que la sociedad en general, y los medios en particular, decidieran pasar página. No había nada por lo que sacar pecho”. Además, explica el escritor que en España, el hecho de que la misión se constituyera durante la dictadura hizo que “fuera desdeñada e incluso vilipendiada”.

 “Es absurdo fijarse tan solo en la coyuntura política y no en la naturaleza del hecho en sí. La denominada Misión Sanitaria Española de Ayuda a Vietnam del Sur fue de una misión de carácter exclusivamente humanitario, y eso fue lo que los responsables políticos de la época quisieron exactamente que fuera, ni más ni menos. Creo que hoy deberíamos sentirnos orgullosos del papel desempeñado por aquellos hombres, que recibieron el reconocimiento tanto de aliados como de enemigos gracias a su profesionalidad y extraordinaria labor humanitaria”, apunta el autor de “Good Morning Go Cong”. 

¿Estaban preparados para esa misión? Al llegar se integraron en el ejército de Estados Unidos, vistiendo sus mismos uniformes, ya que allí llegaron “prácticamente con lo puesto”. Pasaban desapercibidos y atendían a todo tipo de heridos. Y como les vaticinó aquel veterano a su llegada, “si el Vietcong hubiera querido no habrían durado allí ni una semana”. 

La guerra terminó en 1975 con la toma de Saigón por parte de las tropas norvietnamitas y del Vietcong. Antes, en 1971, ya se veía que las cosas no iban bien para Estados Unidos en Vietnam, por lo que los americanos comenzaron a retirar sus efectivos. Aquel mismo verano del 71 el régimen franquista decide dar por finalizada la Misión y repatriar a sus últimos integrantes, que llegarían a España en octubre de ese año.

Ese regreso tampoco trascendió a la sociedad española. Cuenta López-Covarrubias que nadie fue a recibirlos al aeropuerto, nadie se hizo eco de la noticia y nadie les agradeció los servicios prestados. Aprovecha el escritor toledano para rememorar la frase de la película ‘Cuando éramos soldados’, de Randall Wallace (2002): “El país que nos envió a la guerra no estaba allí para darnos la bienvenida cuando volvimos”.

 “Por mi parte, espero que este libro sirva para recuperar la memoria de aquella misión. Y de la del medio centenar de sanitarios militares españoles que pasaron por ella”, concluye. 

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