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Psicología y salud mental

El aburrimiento en verano es fundamental para desarrollar la imaginación

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Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 11.07.18

Los padres siempre intentamos que nuestros hijos no se aburran cuando llegan las vacaciones. En cuanto terminan las clases en el centro escolar, les buscamos un campamento o alguna actividad para que esté entretenido. La frase repetitiva de “me aburro” a los padres nos pone de los nervios. Pero los psicólogos piensan que es bueno que los niños se aburran en verano y sobre todo que aprovechen esos momentos de inactividad para desarrollar su imaginación.

La conocida psicóloga infantil Lyn Fry considera que es importante que los niños aprendan a ocupar su tiempo por sí mismos para que puedan descubrir qué es lo que realmente les interesa: “Tu papel como padre es preparar a tus hijos a que se abran hueco en la sociedad. Ser adulto significa que dedicas tu tiempo de ocio a hacer cosas que te hacen feliz”. “Si los padres se dedican a ocupar el tiempo libre de sus hijos, nunca aprenderán a hacerlo por ellos mismos”, explica la psicóloga.

Estar siempre ocupado es uno de los grandes males de este siglo. No solo afecta a los niños sino también a los adultos. Siempre estamos trabajando, estudiando, hablando por WhatsApp o enganchados a las redes sociales a Internet. Podemos contar con los dedos de una mano los escasos momentos a la semana en los que estamos aburridos o no sabemos qué hacer. Aprender a aburrirse se está convirtiendo en una necesidad para nosotros.

Los beneficios de aburrirse en verano

Las vacaciones son el mejor momento para los viajes, los encuentros y juegos con amigos y los descubrimientos. Una oportunidad única para que se abran al mundo y descubran lo que de verdad les divierte. Pero los padres por motivos laborales o personales, organizamos las vacaciones de nuestros hijos hasta el extremo de que incluso no tienen tiempo para aburrirse.

Los momentos de aburrimiento no tienen que resultar negativos para nuestros hijos, sino que al contrario pueden estimular la creatividad y la imaginación para buscar nuevos caminos. Crear esos momentos en los que no saben qué hacer nuestros hijos es fundamental para su desarrollo como personas.

La tecnología ofrece a nuestros hijos múltiples posibilidades para estar entretenidos durante todo el año. Los momentos sin wifi, sin datos y lejos de nuestra casa suelen coincidir con aquellos en los que nuestros hijos se aburren. Estimular la imaginación de nuestros hijos en estos momentos sin tecnología puede ser muy beneficioso para su desarrollo. Es nuestra obligación como padres que aprendan a aburrirse y aprovechen estos momentos para ser autosuficientes. Ellos mismos tienen que aprender entretenerse como lo hacíamos nosotros cuando teníamos 3 meses de verano y nos aburríamos.

Os vamos a dar varios consejos para sacar rentabilidad de esos momentos aburridos del verano y que se conviertan en una actividad creativa en la que desarrollen su imaginación.

1. Aprender a aburrirse

Cuando nos aburrimos nos sentimos incómodos. El aburrimiento nos saca de nuestra situación de confort en esta sociedad siempre activa y ocupada. Pero también nos obliga a tener que desarrollar la imaginación. Los niños necesitan aburrirse para tener motivación para hacer actividades. Si siempre están divertidos nunca tendrán que fabricar un juguete con una caja de cartón ni que intentar jugar con otros niños.

2. Buscar momentos para no hacer nada

¿Has pensado en estar un rato sin hacer absolutamente nada? ¿A qué te resulta complicado? Pues lo mismo le pasa a nuestros hijos. No dedican tiempo suficiente a observar el mundo que les rodea. Pero el tiempo de inactividad es fundamental para desarrollar nuestro pensamiento propio y nuestra imaginación. Estar todos los días al menos diez minutos sin hacer nada puede ser beneficioso para toda la familia.

3. Hacer una lista con actividades divertidas

Lo mejor es hacer una lista con nuestros hijos todas esas actividades que pueden hacer en vacaciones y que les van a resultar diferentes y divertidas. Podemos incluir deportes como el fútbol o el baloncesto o actividades con montar en bicicleta, disfrutar de un juego de mesa, realizar experimentos con agua o leer un libro. También puede ser hacer cupcakes o helados caseros o montar una divertida obra de teatro con nuestros amigos de la playa.
A la lista pueden añadir nuevas sugerencias durante todo el verano.

Si se aburren en algún momento, les tenemos que enseñar la lista. Si tampoco se entretienen con ninguna de las actividades que ellos mismos han elegido tendrán que poner en marcha de nuevo su imaginación para pensar en otra distinta.

4.  Aprender a tolerar el aburrimiento

Muchos niños e incluso adultos se ponen nerviosos cuando se aburren. Las vacaciones para ellos se convierten en una tortura. Convivir con el aburrimiento y tolerarlo es básico para la felicidad de nuestros hijos. Si no soportan el aburrimiento seguro que sufrirán en el futuro períodos de angustia increíbles. Sin embargo, si saben sacar partido del aburrimiento, disfrutarán en cualquier momento y en cualquier lugar del mundo. Aprender aburrirse es fundamental para su futuro.