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Isela Vega: 10 películas para apreciar su legado

Una selección con 10 películas para celebrar la vida y la obra de la actriz mexicana Isela Vega.

El 9 marzo falleció la legendaria actriz mexicana Isela Vega. Nacida en Sonora, Isela Vega tuvo una fecunda carrera como guionista, productora, directora y actriz de cine y de teatro. Trabajó con Alejandro Jodorowsky, Roberto Gavaldón, Eloy de la Iglesia, Sam Peckinpah, Arturo Ripstein y Jaime Humberto Hermosillo en más de 100 películas; además de aparecer en incontables telenovelas.

A Isela Vega siempre se le recordará como una actriz provocadora y revolucionaria que nunca dudó en enfrentarse a los poderes en turno. No nada más en cuestiones políticas, sino en temas de libertad y diversidad sexual. Su vida en el tablón y el set fue un constante ataque a las buenas conciencias y la doble moral mexicana. Así, Vega abrió camino para muchas otras expresiones y, desde las más seductoras miradas compartidas con Mauricio Garcés hasta las más provocadoras interpretaciones junto a Gonzalo Vega, formó parte del cine más creativo y más irreverente de nuestro país.

Para recordar su impresionante legado, elegimos diez películas que nos parecen significativas en su larga carrera. Ojalá sirvan para que nunca se olvide su importancia en la cultura mexicana.

En paz descanse, mítica Doña Vega.

Verano Violento, Alfonso Corona Blake (1960)

La primera película que protagonizó Isela Vega fue Verano Violento en los albores de los años sesenta. La cinta dirigida por Alfonso Corona Blake (responsable de famosas películas de culto como Santo vs las mujeres vampiro), contaba la historia de un misterio y un romance en la época revolucionaria. Desde esta primera aparición en pantalla, Vega mostró un carisma único en intercambios clásicos con el gran Pedro Armendáriz:

“- ¿Por estos lugares secos siempre crecen flores tan bellas?

– Sí, pero a estas flores no se las lleva cualquier forastero.”

Con este primer papel, Vega empezaría a cultivar la seductora leyenda que la llevaría a convertirse en un ícono del cine mexicano; un ícono de belleza altanera y carácter combativo.

Rage, Gilberto Gazcón (1966)

En Rage, una película conjuntamente producida en Estados Unidos y México, Isela Vega sólo aparece unos minutos, de trasfondo y no tiene gran importancia en la trama. Sin embargo, se puede decir que fue su primera incursión en el mundo del estrellato de Hollywood al compartir marquesina con nada menos que Glenn Ford (una de las más cotizadas estrellas de los sesenta) y la que también fue un símbolo sexual, Stella Stevens. La cinta es un thriller desigual sobre un doctor infectado de rabia y lleno de culpas que debe atravesar el desierto mexicano para encontrar una cura en menos de 48 horas. Lo importante aquí es que, incluso en un papel secundario, Vega brillaba.

 

 

Don Juan 67, Carlos Velo (1967)

Si hay un prototipo de película de Mauricio Garcés, esta tiene que ser Don Juan 67. Una cinta absolutamente desquiciada en la que el carismático actor consolidó a su más famosa figura donjuanesca, Mauricio Galán. Esta película, que años después muestra un machismo rancio y particularmente conservador, contaba la historia de un galán multimillonario, símbolo del milagroso progreso mexicano de los años sesenta que debía culminar con las olimpiadas, manejando autos de lujo y ostentando gadgets seductores de agente secreto. En esta cinta, Vega tiene un breve papel como una de las tantas mujeres que se disputan al seductor millonario para llevarlo a una vida de bien en el matrimonio. A pesar de lo peculiar que nos pueda parecer este argumento ahora, Don Juan 67 significó un punto de partida para los papeles más atrevidos de Isela Vega.

La Cama, Emilio Gómez Muriel (1968)

Siguiendo la misma tendencia de Don Juan 67, Isela Vega volvió a protagonizar una comedia romántica con Mauricio Garcés en La Cama. Esta comedia de situación que se gesta entre engaños y malos entendidos, se recuerda todavía como una de las comedias más provocadoras y sensuales de la época. No por nada las dos protagonistas principales, Isela Vega y Zulma Faiad, se convirtieron instantáneamente en símbolos sexuales. Mucho más efectiva que otras comedias construidas alrededor del carácter de Mauricio Garcés, La Cama es una cinta de culto de la época más seductora de Isela Vega.

Bring Me the Head of Alfredo Garcia, Sam Peckinpah (1974)

Después de la breve incursión de Vega en el mundo de la producción hollywoodense con Rage, llegó en los años setenta su gran oportunidad de la mano del legendario Sam Peckinpah. Bring Me the Head of Alfredo Garcia es un neo-western que se convirtió en un clásico de culto y la única película que Peckinpah más encarnizadamente defendió. Una película particularmente nihilista y triste sobre la persecución de un crimen que lleva a la muerte de todos los involucrados. En la cinta, Vega tiene un papel prominente como Elita, la novia romántica del protagonista de la cinta; un papel valiente y sensual que le dio exposición internacional y que, finalmente, le consiguió una nominación al Ariel (perdido frente a Pilar Pellicer) y su primer crédito como cantautora en una película.

El llanto de la tortuga, Francisco del Villar (1975)

En los años setenta, Isela Vega hizo sus más memorables papeles de la mano del director Francisco del Villar. Durante quince años, desde la década de los sesenta, Villar trabajó con insignes escritores mexicanos en la creación y adaptación de guiones cinematográficos. En particular, trabajó con el gran dramaturgo Emilio Carballido, con la novelista Josefina Vicens, el escritor Vicente Leñero y, por supuesto, con su más intenso colaborador, Hugo Argüelles. Con este último, hizo dos thrillers icónicos protagonizados por Isela Vega: Las pirañas aman en cuaresma (1969) y La primavera de los escorpiones (1971). Sin embargo, ninguna película de Francisco del Villar tuvo el impacto de su última cinta como director, El llanto de la tortuga. Esta cinta causó un escándalo en México por ser un retrato crudo del nihilismo de las élites, mostrar una sexualidad desbordada y las consecuencias particularmente trágicas de un viaje de placer a Acapulco. Un clásico absoluto para entender la culminación única de la colaboración de Francisco del Villar con la escena literaria mexicana, la libertad de los años setenta y la más afilada Isela Vega.

El hombre de los hongos, Roberto Gavaldón (1976)

Una película peculiar sobre las tensiones raciales en México que marcó la única colaboración entre el ogro Gavaldón e Isela Vega.

“Fue una experiencia trabajar con Roberto Gavaldón.” Dijo alguna vez, Vega. “Porque era un cascarrabias. Llegaba uno a entender que su carácter era amarguetas. A veces la gente es así. Pero sí era un muy buen director. Eso ni hablar”

El melodrama gira en torno a un latifundista que se encuentra a un niño negro en la jungla y lo lleva a vivir con sus hijos. El niño crece y comienza a provocar un triángulo amoroso entre Emma, la mujer con la que se crió, y Elvira (Isela Vega), su madre. Todo esto se mezcla con las peculiares dinámicas familiares de cenas con hongos que pueden ser venenosos y grandes felinos. Una película muy extraña, muy desigual y que, sin embargo, muestra a Isela Vega en todo el esplendor provocador de su etapa madura.

La viuda negra, Arturo Ripstein (1977)

Un clásico en la gran filmografía de Isela Vega y una de las películas más logradas en su carrera. La viuda negra, dirigida por otro ogro del cine nacional, Arturo Ripstein, cuenta la historia de una huérfana (Isela Vega) que asiste al cura de un pequeño pueblo. Celoso porque le ha negado constantes avances, el doctor del pueblo difunde el rumor de que la huérfana está teniendo relaciones impuras con el cura. Al hacerlo, extrañamente, provoca este romance y una serie de consecuencias nefastas. Como buena película de Ripstein, esta cinta está llena de tensiones sexuales, roces prohibidos y una crítica acérrima a la doble moral mexicana y las buenas conciencias. Por esta actuación, Vega ganó un merecido Ariel. La película, sin embargo, pasó muchos años censurada.

Las apariencias engañan, Jaime Humberto Hermosillo (1983)

Uno de los papeles más provocadores de Isela Vega llegó de la mano del enorme director mexicano Jaime Humberto Hermosillo. Las apariencias engañan cuenta la historia de Rogelio, un actor de poca monta al que contratan para hacerse pasar por Adrián, el hijo desaparecido de un anciano parapléjico, don Alberto. Rogelio es contratado por Adriana, sobrina de Don Alberto, y su novio Sergio. La idea es reconfortar al viejo patriarca frente a la larga ausencia del hijo perdido. Pero las apariencias, en efecto, engañan y, en un tenso triángulo amoroso, se revela finalmente que Adriana era antes Adrián y que, ahora, es una mujer trans que, admitiéndose amada, termina casándose con Rogelio. Una película que causó escándalo y en la que Vega interpretó, con gran maestría, un papel sumamente difícil, importante y provocador. Filmada en 1978, sólo pudo estrenarse cinco años después por la moral conservadora de la época. Es la primera película mexicana en tratar el tema de la transexualidad.

La ley de Herodes, Luis Estrada (1999)

Muchas generaciones más jóvenes recuerdan a Isela Vega por el icónico papel de doña Lupe en La ley de Herodes de Luis Estrada. Esta caricatura política retrata el establecimiento del más acérrimo priisimo durante el gobierno de Miguel Alemán. Aquí, Vega interpreta a una matrona que se enfrenta al nuevo presidente municipal (Damián Alcázar) de San Pedro de los Saguaros. Entre ella y el cura del pueblo siempre hubo un entendimiento tácito. Pero ahora, gracias a la intervención cada vez más corrupta del nuevo alcalde, las cosas empiezan a salirse de control. A pesar de que toda una generación conoció a Isela Vega por esta película, Estrada tomó aquí todos los rasgos de carácter confrontadores, todos los papeles más provocadores, de la actriz en los setenta y los juntó en un crisol de mentadas de madre, vejez y seducción. A pesar de no ser su último papel, esta fue la última película importante que hizo Vega y el último Ariel (no honorario) que ganó en su carrera. Digna despedida para una enorme actriz.

Viaje tranquila, Doña Vega, que aquí seguiremos recordando, con tanto gozo, todos sus combates.

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