By May 16, 2022 Read More →

Descansando en los propósitos de Dios

Esta mañana fui al hospital y mientras esperaba a que me atendieran, un niño de unos cuatro años entró a la sala de oncología. Sí, oncología. Su mami estaba como un mar aparentemente en calma, pero imagino su dolor y angustia levantando olas de llanto dentro de su corazón.

Me di cuenta de que, aunque sabemos que la enfermedad es parte de la vida, debido a las consecuencias del pecado en el mundo, cuando le pones cara y nombre al dolor, te toca el corazón y duele.

No conozco a esa mami, ni a su pequeño, pero te confieso que me puse en su lugar y salí llorando de ese lugar. Lloré porque el pecado produce dolor, sufrimiento, debilidad, miedo y muerte.

Lloré porque al escuchar los gritos y el llanto de ese pequeño niño, me imaginé el temor que le estaba embargando, el miedo al dolor físico y, sobre todo, porque, aunque su mamá estaba a su lado, no había nada que ella pudiera hacer para ayudarle.

De hecho, lo que estaba haciendo era todo lo que humanamente hablando estaba en sus manos hacer: llevarlo a los especialistas que pueden ayudarle.

Antes de llegar al hospital estaba leyendo una serie devocional de R.C. Sproul acerca de los propósitos de Dios. Él menciona que hay propósitos inmediatos (cercanos) y remotos (distantes, alejados, finales), y para explicar su punto habla del momento cuando José se revela a sus hermanos.

El autor lo explica de la siguiente manera:

 «José vio una notable coincidencia en acción entre las intenciones inmediatas y las remotas. Él dijo: “Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien”.

Aquí lo inmediato y lo remoto parecían ser mutuamente excluyentes. La intención divina fue exactamente lo opuesto a la intención humana. Los hermanos de José tenían un objetivo; Dios tenía otro diferente. La sorprendente verdad aquí es que el propósito remoto se cumplió a través del inmediato».[i]

Te confieso que, al pensar en esta verdad, mi corazón se calmó. No podemos conocer el por qué Dios permite este tipo de situaciones en las vidas de los pequeños, o de sus padres, pero Dios en Su soberanía y Su sabiduría tiene un propósito. «Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación (2 Co 4:17)».

Podemos descansar sabiendo que nada sucede por azar en nuestras vidas o en las vidas de quienes amamos. Dios tiene un propósito y un plan y lo cumplirá para Su gloria y nuestro bien (Rom 8:28-29).

Podemos descansar sabiendo que nada sucede por azar en nuestras vidas o en las vidas de quienes amamos. Dios tiene un propósito y un plan y lo cumplirá para Su gloria y nuestro bien (Rom 8:28-29).

Podemos dejar la vida de nuestros esposos e hijos en sus manos. Podemos dejar nuestras vidas en Sus manos. Podemos entregarle nuestras preocupaciones y cargas, nuestro dolor y sufrimiento. Podemos acercarnos al trono de la gracia y encontrar consuelo, porque tenemos un Sumo Sacerdote que se compadece de nuestro dolor, que ha experimentado un sufrimiento tal que nos permite llamar a Dios, Padre.

Así que…

Hoy llegué a casa y oré por ese pequeño y por su familia, y por extensión por todos los niños que hoy se enfrentan a una situación semejante. Oré para que Dios los consuele, los anime, les ayude a sentir Su presencia. Oré por la obra del Espíritu Santo en sus vidas y en las vidas de sus seres queridos, para que reciban la fortaleza, la paz y la ayuda que sus corazones necesitan.

Oré para que Dios traiga consuelo, pero sobre todo para que ellos puedan creer en la obra perfecta de Jesucristo en su lugar, puedan confiar en Él como su Señor y Salvador, puedan confesar su pecado y correr a Cristo y encontrar la paz que sus corazones afligidos necesitan de este lado de la eternidad y para que al conocer a aquel que ha prometido vida eterna, sus ojos puedan estar fijos no en las circunstancias y el dolor presente, sino en la gloria eterna que le espera a aquellos que han sido hechos hijos de Dios.

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Jn 3:16).

«Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado» (Jn17:3).

Hoy te invito a orar por los enfermos alrededor del mundo, no importa su edad o la enfermedad que enfrenten. Ora para que Dios cumpla Su propósito eterno en sus vidas.

Hoy te invito a orar por los enfermos alrededor del mundo, no importa su edad o la enfermedad que enfrenten. Ora para que Dios cumpla Su propósito eterno en sus vidas.

Dios te bendiga

Mónica Carvajal


[i] Sproul, R.C. (2 de marzo de 2022). En busca de propósito. Ministerios Ligonier. https://es.ligonier.org/devocionales/en-busca-de-proposito/ Visitado 16/05/2022

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