Mi voto ya fue botado.

Julio Cesar Orozco Taborda
4 min readJul 27, 2020

Ahora estoy aquí a punto de votar y no sé por quién, ejerciendo el derecho al voto tengo derecho a un descuento del pasaporte y un descuento en la universidad (aunque la universidad debe ser netamente pública porque las privadas algunas veces no usan este beneficio para el estudiante y pues me tocó darme cuenta de esto) también el medio día libre en la empresa (aunque ese si es legal para empresa pública y privada se teme pedir el permiso por consecuencias futuras en una terminación de contrato) ¿podría un voto hacer algún cambio en el ámbito de la ciudadanía?, se hace con una posición distinta, aunque no lo creo.

Muchos de mis contemporáneos (entre los 18 y 25 años) me dicen que vote por opción 2 pero no me convence, no sé cómo les convenció a ellos ¿La lucidez está de mi lado o está en mi contra? Me inclino más por opción 1, opción 2 no me parece adecuado por su historial y sus ideas inviables, y ni hablar de las opciones que siguen que son aproximadamente 3 de la misma vaina, ninguno cumple respecto a oportunidad de ganar ni a políticas sociales o económicas que vea atractivas. Estoy entre la espalda y la pared, ¿me abstengo o voto en blanco? (aunque lo injusto del voto en blanco según la legislación colombiana es que se descartan todos los candidatos presidenciales, pero no se descartan los partidos políticos que pusieron esos candidatos, es decir se cambian los candidatos, pero los partidos ponen otros, no hay mucho cambio aunque sería hermoso que alguna vez ganara el voto en blanco), si voto para anular mi voto como lo hacía tiempo atrás cuando elegía personero y contralor en el colegio que era una labor que desacreditaba en gran manera y los trataba de vagos inútiles y capadores de clase; aunque ahora me doy cuenta ya siendo grande que tiene cierta honra.

Ahora ejerceré el derecho que como ciudadano debo ejercer o no deba ejercer ya que no es obligatorio, trae sus beneficios, al fin y al cabo, el no votar también supone un tipo de voto, aunque este no votar se interpreta de dos maneras: la primera es un desconocimiento y una falta de interés por los candidatos y propuestas y la segunda es una protesta hacía estos personajes (muchas no votan teniendo presente la segunda opción).

La propaganda por redes sociales no me convence, esta generación más conocida como millennials deja muchas veces los argumentos y se van al sentimentalismo sin reconocer los antecedentes de violencia que se dieron antes en esta preciosa tierra, algo que mi generación desconoce. El candidato que quiere hacer llegar esta generación a la casa de Nariño, una generación que recibe críticas por su inconformidad, una generación que ignora y hasta la calificaron como la generación idiota, nos puede hacer retroceder como país, ellos le apuestan ciegamente a opción 2, el otro candidato ofrece otras cosas, aunque mi candidato sigue siendo parecido a uno, yo lo prefiero ya que es más real e inexperto que este otro que es un mal experto.

Expreso mi punto y la gente se ofende y me insulta por esas redes sociales ¿Dónde se dejan los argumentos? ¿Dónde se dejan los hechos? No se atiende mucho a la razón sino a comparaciones absurdas y una supuesta superioridad intelectual, aunque esta superioridad al parecer es solo en la letra, no es muy racional en la práctica ni en los hechos. El candidato de las redes sociales, el “intelectual”, opción 2 al parecer ya ganó las presidenciales según veo por la cantidad de comentarios a favor que se tiene de este, esperar a ver lo que está pronto a suceder, mi voto ya fue botado.

Unas horas después… mi candidato ganó, el candidato que perdía según las redes sociales ha vencido ya que no se tuvo en cuenta que hoy en día muchos ancianos no usan las redes sociales y los que tienen temen expresar su opinión por dichos medios ya que prefieren evitar confrontaciones, algunas rabias, yo no las evito, las provoco quizás sea por pertenecer a esa generación.

La verdad he visto que el panorama general de Colombia a los colombianos les importa poco, siempre es de lo mismo, escándalo de corrupción por allí escándalo de narcotráfico por allá. Un país pionero en la región y en el mundo en sacar leyes que no sirven desgastando cada vez más el sistema judicial y eso por mencionar alguna. Se ha perdido la credibilidad en las instituciones, en todo tipo de instituciones, al parecer el cambio no se realizará en un voto por un hombre que está en un sistema supuestamente democrático, al parecer ese aparato es lo que debemos botar y votar por uno mismo, si cambiamos nosotros podríamos cambiar a otro y así seguir hasta alcanzar una verdadera revolución, pero, una revolución sin fines ideológicos ni políticos como tantas veces se ha repetido en la historia y han terminado en fracaso, han terminado en idiotas útiles a los intereses de una élite. Una revolución que ayude al pueblo colombiano, ese sería un voto que no se bota.

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