Propósitos 2024: ¿cuestión de voluntad?

Propósitos 2024: ¿cuestión de voluntad?

Cómo transformar los propósitos profesionales en una realidad

 

Se acabaron las fiestas navideñas y aunque algunos ya han arrancado laboralmente el año, hoy es el día en el que, para muchos, comienza oficialmente la “vuelta al cole” en el ámbito profesional. Resaca de fiestas y pies en tierra firme porque ahora toca empezar a aterrizar esos proyectos junto con aquellos propósitos que hemos planificado y nos han llenado de ilusiones y metas para este 2024.

Los datos son desalentadores si tenemos en cuenta que más de la mitad de buenas intenciones finalmente no se cumplen y desistimos de nuestros nuevos objetivos en los primeros meses del año.  Y aquí es donde nos preguntamos, ¿qué es lo que marca la diferencia para inclinar la balanza a favor de cumplir con nuestros propósitos? ¿Cuál es la clave para no tirar la toalla y persistir en nuestros objetivos?

En primer lugar, creo que es importante tener en cuenta que, en contra de la creencia generalizada, distintos estudios demuestran que el cumplimiento de nuestros propósitos está mayoritariamente vinculado con la generación de hábitos en relación con los mismos y no con la fuerza de voluntad o determinación.

El propósito es una percepción subjetiva sobre la importancia que damos a lo que hacemos, no nos define más allá del componente de intencionalidad si no somos capaces de alinearlo con nuestros valores y visión para materializarlo en comportamientos que generen hábitos. Y los hábitos se crean principalmente en base a la generación de rutinas de comportamiento repetidas y mantenidas en el tiempo.

Así que, no. Definitivamente NO tenemos menos fuerza de voluntad ni menos determinación por no cumplir nuestros propósitos.

Sencillamente, no hemos sabido acompasarlos con nuestros valores para incorporarlos de una forma realista en nuestra forma de vida. Y en este camino, hay muchos factores que pueden facilitar su materialización, ¿quieres conocer algunas de las claves?

Aquí te dejo algunas pautas que pueden ayudarte a aterrizar esos propósitos y no desistir en el intento, pero seguro que se te ocurren otras más.

 

  1. Define tu propósito de forma concreta y concisa. Define tu meta objetivándola de la manera más precisa posible, evitando objetivos generalistas o demasiado ambiciosas. Menos siempre es más, busca un objetivo directo, sencillo y concreto (p.ej., dedicar 15 minutos al día para escuchar o leer artículos en inglés vs. perfeccionar el idioma)

  2. Formula siempre en términos positivos. Incluir un componente positivo de proyección neurolingüística, puede marcar la diferencia entre la percepción de voluntad respecto al rechazo de la obligación (define siempre en base a un “quiero” ó “elijo” vs. “tengo que” ó “necesito...”).

  3. Se realista. Ser honestos y objetivos en relación con nuestras capacidades, tiempo y valores para evitar que nuestros esfuerzos decaigan a la primera de cambio

  4. Pon el énfasis en lo que depende de ti. Formula tu objetivo de forma que se centre en lo que depende de ti y no de acontecimientos externos o terceros (p.ej., dedicar 5 minutos diarios para hablar con mis compañeros sobre puntos de encuentro vs. llevarme mejor con mi entorno de trabajo)

  5. Diseña pequeñas subetapas o metas intermedias. Te ayudará a calibrar el esfuerzo tener una monitorización más gradual. Puedes establecer periodos de entre 7-15 días para calibrar el avance (p.ej., en un propósito con objetivo diario, mira si cada semana has logrado cumplirlo de forma mayoritaria)

  6. Establece una forma y cadencia de medición asumibles. La valoración del cumplimiento debe hacer que sepamos valorar de forma clara si se ha cumplido o no y el margen temporal con el que lo medir el progreso

  7. Celebra cada pequeño avance como una parte del logro de la meta final

  8. Evita la bipolaridad en la valoración. Ser consciente de los sesgos perceptivos y tener en cuenta que no todo se define en términos éxito-fracaso o todo-nada, puede ayudarnos a establecer escalas de cumplimiento parcial que nos ayuden a fijar los comportamientos. Lo importante es la continuidad de la acción.

  9. Sé flexible. Los propósitos no tienen por qué ser necesariamente inmutables ni perpetuos. Aprende a valorar la introducción de posibles modificaciones en base a posibles cambios y circunstancias en tu vida, adaptarte a ellas puede ayudarte a cumplir con una parte de ese objetivo inicial.

  10. Si lo necesitas, pide ayuda. Si ves que alguien ayudarte en el camino o facilitarte las herramientas para conseguirlo, no rechaces su mano. A veces los demás tienen mucho que aportarnos.

 

Con todo esto y seguro que muchas más cosas que seguro se te ocurren, ¡a por ello¡, ¿Quién dice que este año no puede ser el que cumplas tus sueños? 😉

 

 

 

 

 

 

Alexandru Armasu

Founder & CEO, Group 8 Security Solutions Inc. DBA Machine Learning Intelligence

3 semanas

Appreciation for posting!

Santiago García Estebaranz

Responsable Formación Competencias y Habilidades Directivas y Profesionales

3 meses

Regalo de Reyes

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Objetivos cercanos, alcanzables y tiempos claros de consecución. Como siempre, querida Olga ayudando y orientando. Vamos a cumplir nuestros deseos

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