Próstata agrandada (hiperplasia prostática benigna, HPB)

La hiperplasia prostática benigna (HPB), comúnmente llamada próstata agrandada, es el agrandamiento no canceroso de la glándula prostática. Es el tumor benigno más común que se encuentra en hombres o en las personas asignadas al sexo masculino al nacer.

La HPB hace que la glándula prostática, que se encuentra justo debajo de la vejiga y rodea la uretra, crezca o se agrande.

La próstata normalmente tiene el tamaño de una nuez. Ayuda a controlar el flujo de orina y produce un líquido que protege los espermatozoides, llamado semen. Es común que la próstata crezca a medida que envejece. Si bien la HPB no es cancerosa, sus síntomas podrían indicar cáncer de próstata y otras afecciones graves.

Causas y factores de riesgo de la HPB

A medida que envejece, la próstata a menudo se agranda, creando lo que los médicos llaman “próstata agrandada” o “hiperplasia prostática benigna” (HPB). La HPB afecta a uno de cada cuatro hombres a partir de los 55 años.

No se sabe qué causa el agrandamiento de la próstata. Sin embargo, las investigaciones sugieren que factores como la edad, los cambios en las células testiculares y los niveles bajos de testosterona pueden aumentar el riesgo de HPB.

Otra investigación sugiere que la HPB no aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, pero la hiperplasia prostática benigna y el cáncer de próstata tienen síntomas similares. Se recomienda que los hombres se hagan evaluaciones de la próstata todos los años a partir de los 55 años o antes si tienen un mayor riesgo, incluidos los antecedentes familiares.

Síntomas de la próstata agrandada

Dado que la próstata rodea la uretra, uno de los primeros signos de agrandamiento de la próstata es la dificultad para orinar. Los síntomas comunes de la HPB pueden incluir:

Si observa sangre en la orina o el semen o si experimenta disfunción eréctil, programe una cita con el urólogo de inmediato, ya que estos podrían ser signos de cáncer de próstata.

Diagnóstico y pruebas de la HPB

Hable con el urólogo sobre sus síntomas de HPB, incluso si no le molestan. Sin el tratamiento adecuado, la hiperplasia prostática benigna puede causar daño a los riñones o una mayor obstrucción de la uretra. También puede causar una infección de las vías urinarias (IVU), cálculos en la vejiga o sangre en la orina.

El médico le hará un examen físico y repasará sus antecedentes médicos. Es posible que le hagan un examen rectal para revisar la próstata en busca de bultos o áreas duras y determinar si está agrandada. Otras pruebas que el urólogo puede recomendar incluyen una ecografía, un análisis de orina o una cistoscopia para observar la vejiga.

Tratamiento de la HPB

Es posible que el médico no le sugiera ningún tratamiento si sus síntomas no son molestos. En cambio, puede recomendarle controles regulares para controlar el agrandamiento de la próstata.

Si necesita tratamiento, el médico puede recetarle medicamentos para relajar los músculos de la próstata y reducir la tensión en la uretra. Se puede recomendar una cirugía para extirpar la próstata si el agrandamiento de la próstata obstruye gravemente la uretra.

También puede haber tratamientos mínimamente invasivos disponibles para la HPB, incluida la inserción de un levantamiento uretral prostático o terapia con vapor de agua. Ambos procedimientos son ambulatorios y usted podrá regresar a sus actividades normales en unos días.

Vivir con la próstata agrandada

Cambiar su dieta puede ayudar a aliviar algunos síntomas. Comer frutas cítricas, vegetales de hojas verdes, tomates y cúrcuma puede ser beneficioso para el control de la salud de la próstata. También es recomendable evitar el alcohol, la cafeína, las carnes rojas y la sal.

Si sus síntomas son dolorosos o tiene sangre en la orina, consulte al urólogo de inmediato.