Huracanes, tifones o ciclones: el mapa de las tormentas tropicales - Mapas de El Orden Mundial - EOM
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Huracanes, tifones o ciclones: el mapa de las tormentas tropicales

En función del lugar en el que se originan, existen varios términos y nombres para referirse a estos fenómenos meteorológicos

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Katrina, Nargis o Amphan. Detrás de esos nombres, que perfectamente podrían ser de persona, se esconden tres de las tormentas tropicales más devastadoras de la historia: Katrina causó 1.800 muertes y daños materiales récord en Estados Unidos en 2005; Nargis se llevó por delante la vida de 140.000 personas en Myanmar en 2008; y Amphan arrasó India y Bangladés en 2020, obligando a evacuar a tres millones de afectados.

Todos fueron lo que en meteorología se conoce como ciclones tropicales, tormentas giratorias con un centro de baja presión y nubes que se mueven en espiral hacia la pared que rodea el «ojo». Como su nombre indica, se originan en los océanos tropicales y producen fuertes vientos, lluvias torrenciales y olas muy altas. Los tres fenómenos mencionados obedecieron a estos patrones pero, curiosamente, cada uno de ellos recibió un apellido distinto: Katrina fue un huracán, Nargis un ciclón y Amphan un tifón.

Y es que en función del lugar donde se producen, los científicos utilizan distintos términos para referirse a los ciclones tropicales. Cuando la tormenta se origina en el Atlántico norte o el Pacífico nororiental, se denomina «huracán«; cuando lo hace en el Pacífico noroccidental, «tifón»; y cuando ocurre en el Índico, «ciclón tropical».

Gracias a la tecnología actual y sobre todo los satélites, las tormentas tropicales se pueden predecir con días de antelación y monitorizar muy de cerca. Otra cosa es adivinar su trayectoria, que se puede estimar pero es difícil de calcular con total seguridad debido a la inestabilidad de este tipo de sucesos. No es de extrañar por tanto que los huracanes, tifones y ciclones constituyan una de las principales amenazas para la vida y los bienes materiales, ya sea en forma de mareas de tempestad, inundaciones, vientos extremos, tornados o rayos.

Según la Organización Meteorológica  Mundial, en los últimos cincuenta años se han producido hasta 1.942 desastres de este tipo, los cuales se han cobrado la vida de 779.324 personas y han causado daños por un valor estimado de 1,4 billones de dólares —equiparable al PIB de España—. La media diaria es de 43 muertes y 78 millones de dólares.

El impacto de las catástrofes naturales en el mundo

Al aumentar el nivel del mar y la temperatura de la superficie de los océanos, el cambio climático parece tener una incidencia directa en las tormentas tropicales, aunque la complejidad de este tipo de fenómenos impide por el momento que exista un consenso científico al respecto. Aun así, lo que sí se ha demostrado es que el número de huracanes de categoría 4 y 5 —con vientos superiores a 209 kilómetros por hora— prácticamente se duplicó entre finales de la década de 1970 y principios de siglo y que la duración y la velocidad máxima de los ciclones han aumentado un 50% en los últimos cincuenta años.

De esta forma, mientras se discute si el calentamiento global aumentará la frecuencia de estas tormentas, lo que está más claro es que sí incrementará los de mayor potencia y de las lluvias asociadas a ellas, tal y como ha reconocido la propia Organización Meteorológica Mundial, perteneciente a la ONU. Asimismo, la creciente concentración de la población mundial en la costa está aumentando las pérdidas humanas y materiales ocasionadas por los ciclones tropicales y en especial las inundaciones, la traducción más mortífera de estos fenómenos.

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