Por: Agustín Celis

Definir el concepto de paz, es una tarea que implica un cierto riesgo, ya que la falta de consenso sobre su contenido, da la oportunidad de que alguien este inconforme con la definición que consideramos la más valida. Sin embargo, el considerar que todo individuo, tiene derecho a la paz, esta se convierte en un derecho individual y social en la humanidad.

Pudiéramos caer en una situación de discordancia social, por la exigencia de cada individuo sobre sus derechos y de manera especial, la paz. Si todos exigen sus derechos pero cada individuo confecciona el concepto de paz a su modo, conviene volver al planteamiento, al concepto. Debemos plantearnos que el concepto de paz debe entenderse en un sentido amplio es decir dentro del pleno respeto de los derechos humanos.

Podemos caer en el error de pretender definir el concepto de paz, de una manera muy simple, afirmando que la paz es la ausencia de conflictos, que la paz es la usencia de injusticia, o la ausencia de la violación de los derechos humanos. Pretender la paz así, caemos en un terreno muy frágil pues estamos planteando un concepto tan volátil y con una ideología que no es duradera, pues rápido conduciría a la violencia humana.

En virtud de lo anterior, nuestro deseo es afianzar a la paz como un derecho humano, pues la paz verdadera sólo es lograda con la total observancia de los derechos, que tienen como fin supremo lograr la dignificación de los seres humanos. El estado de armonía, que supone la paz, se logrará con la satisfacción de las necesidades básicas y la efectivización de todos los derechos humanos.

De ese modo, la paz como valor jurídico que debe ser aprendido y practicado por los individuos,  alude además a la sociedad, en la que la paz es la manera de que no haya conflictos armados, o expresiones de violencia directa. Sin embargo, para lograr la paz, entendiéndola como un concepto amplio, es necesario el desarrollo de un proceso incesante de edificación de la paz. El concepto de paz ha tenido un afortunado desarrollo evolutivo hasta llegar a una visión amplia y dinámica.

La paz no puede consistir únicamente en la ausencia de conflictos armados, sino que entraña principalmente un proceso de progreso, de justicia y respeto mutuo, destinado a garantizar la edificación de una sociedad en la que cada cual pueda encontrar su verdadero lugar y gozar de la parte de los recursos intelectuales y materiales del mundo que le corresponde.