Efectos secundarios de un trasplante capilar

  • Pérdida de sensibilidad, infecciones y edemas faciales, consecuencias negativas poco frecuentes
  • Esta cirugía mejoraría la vida del paciente que sufre alopecia derivada de una enfermedad o tratamiento oncológico

Cuidados del pelo

Actualizado a: Martes, 17 Agosto, 2021 18:05:37 CEST
El trasplante capilar se realiza con anestesia local y no requiere que el paciente esté ingresado en el hospital. El trasplante capilar se realiza con anestesia local y no requiere que el paciente esté ingresado en el hospital.

Cada vez son más las personas que recurren a la cirugía en busca de una solución a los problemas de caída del cabello, no solo para rejuvenecer su imagen, también eliminar las secuelas de determinadas enfermedades como el cáncer o el lupus. El trasplante capilar con microinjertos es una técnica quirúrgica que consiste en trasladar los folículos de una zona del cuero cabelludo poblada, como la nuca, a otra alopécica, colocándolos debajo de la piel con pequeñas incisiones.

Aunque se trata de una cirugía mínimamente invasiva que se realiza con anestesia local y no requiere ingreso hospitalario, existen una serie de efectos secundarios que pueden producirse, especialmente si no se toman las medidas necesarias para controlar el proceso de cicatrización y evitar infecciones. Ramón Flórez Basany, cirujano capilar de la clínica CFS Barcelona, explica que uno de los efectos secundarios más comunes son los edemas faciales, que ocurren en un cuatro o cinco por ciento de los casos. Si aparecen, “el paciente debe saber que no es una inflamación ni tampoco un hematoma. Se van solos en un máximo de 48 horas y no dejan ningún tipo de secuela”, explica el experto.

La pérdida de sensibilidad por encima de la zona cicatricial puede ser otra consecuencia de este tipo de intervenciones. Su incidencia es residual y desaparece de forma natural en tres o cuatro semanas, según Flórez. “También es poco frecuente que la cicatriz quede mal, pero puede suceder”, advierte el especialista, sobre todo si no se cuida la higiene o existe algún problema de salud (diabetes, etcétera) que aconseje extremar las precauciones en el proceso de cicatrización. “Cuando la cicatriz no quede bien, se puede corregir y conseguir que quede perfecta”, añade el experto.  

Por último, un trasplante capilar puede dar lugar a una infección. “La zona de la nuca es una de las más limpias del cuerpo, está bien irrigada. El corte quirúrgico se realiza en condiciones estériles y además el paciente toma antibióticos durante seis días, por lo que es sumamente difícil que se produzca una infección, pero siempre que se corta la piel existe ese riesgo”, explica el experto.

Después de un trasplante capilar, el paciente necesita una recuperación médica de unas 24 horas, aunque la cosmética es algo más larga, en torno a una semana. Como explica Sergio Vañó, dermatólogo y coordinador de la Unidad de Trasplante Capilar Reconstructivo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, “la zona donde se implantan los folículos presenta pequeñas costras. En ese periodo hay que evitar el roce o fricción y posteriormente en algunos casos se podrían aplicar estimulantes del crecimiento capilar".

La raíz trasplantada será la que produzca el pelo definitivo, que no comenzará a verse hasta transcurridos cuatro o cinco meses. "El resultado cosmético final se verá al año. Es lento debido a la biología propia del pelo", explica el especialista.

Beneficios para el paciente

La cirugía capilar es una alternativa para todas aquellas personas que desean recuperar la densidad capilar perdida por el paso del tiempo o que sufren alopecia cicatricial a consecuencia de determinadas patologías sistémicas o de intervenciones oncológicas. En estos casos, el trasplante de cabello tiene un efecto muy positivo sobre la calidad de vida del enfermo, mejorando su autoestima y su capacidad de integración emocional y sociolaboral, como explica Vañó.

La unidad que coordina este especialista ha realizado, por ejemplo, una intervención a una mujer de 64 años con lupus que contaba con alopecia cicatricial en el 30 por ciento del cuero cabelludo. El trasplante le ha permitido mejorar no solo la parte estética sino la afectación psicológica causada por las cicatrices, permitiéndole dejar de utilizar peluca. Otro caso es el de un paciente de 67 años al que un cáncer de piel y una posterior reconstrucción quirúrgica con injerto le ocasionaron la pérdida de una ceja. "Hemos reconstruido la ceja y el paciente ya tiene mejor calidad de vida", ilustra Vañó.

Según el experto, todavía “falta investigación sobre el impacto del trasplante capilar en determinadas alopecias o analizar el porcentaje de supervivencia del pelo”. Además, hasta la fecha no hay análisis sobre cuál es el momento adecuado para realizar el injerto y qué tratamientos complementarios pueden ser oportunos.

En busca de naturalidad

El microinjerto capilar implica el traslado de los folículos de una zona donante (con buena densidad capilar, como la nuca) a la zona que presenta calvicie. El cabello se extrae uno a uno y se implanta de la misma forma en la zona receptora con el objetivo de conseguir un efecto natural, lejos del que se obtenía con las primeras técnicas, que tenía el aspecto de pelos de muñeca o grupos de pelos", afirma Vañó.

 

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