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Europa abandonará la comercialización de bombillas halógenas en otoño

La normativa se implantará a partir del 1 de septiembre No desaparecerán las bombillas halógenas con calificación A y B

Estand de bombillas LED fabricadas por Ledvance.
Estand de bombillas LED fabricadas por Ledvance.
CINCO DÍAS

La Unión Europea se despide definitivamente de la fabricación y venta de bombillas halógenas a partir del 1 de septiembre. Así lo recoge la directiva comunitaria del 2009 sobre eficiencia energética, que aprobó el Parlamento Europeo. Recoge que no se podrá fabricar, ni vender este tipo de productos que hayan sido fabricados después del 31 de agosto de 2018. Aún así, la fabricación de lámparas halógenas no va a desaparecer por completo. “Se va a prohibir la comercialización de estos productos en la Unión Europea, pero se pueden seguir fabricando para exportarlos hacia otros países, como Rusia, que son europeos pero no se acogen a la legislación de los 28”, explican a Cinco Días desde la Asociación Española de Fabricante de Iluminación (Anfalum).

Esta norma se aprobó en 2009, pero entró en vigor en 2016. Sin embargo, “las bombillas halógenas aún no tenían una tecnología sustitutiva y, por ello, han tenido dos años más de prórroga en la que han podido desarrollar su alternativa, antes del 1 de septiembre”, explica el presidente de Anfalum, Alfredo Bergés. El objetivo inicial de esta normativa radica en cumplir los objetivos del Protocolo de Kioto.

A partir del próximo otoño, los consumidores tendrán que hacer uso de tecnología LED, ya que son más eficientes y sostenibles y suponen un ahorro energético de hasta un 90% en lámparas, si se comparan con las bombillas más tradicionales. Además, la vida útil también es mayor, con una capacidad entre 20.000 y 30.000 horas, “siete veces mayor que las lámparas tradicionales”, añade Berges.

Por su parte, los consumidores tendrán que modificar sus decisiones de compra. “Quedarán las lámparas con calificación energética A y B y desaparecerán aquellas con clasificación F y G”, asegura el director de distribución profesional de Ledvance, Alfonso Canorea. La prohibición cubre las populares bombillas clásicas que, generalmente, están hechas de cristal, emiten luz onmidireccional, tienen casquillo E27 o E14, así como algunas bombillas no direccionales con casquillos G4 y GY6.35. Por su parte, el director general de Anfalum prevé que dentro de un año y medio, la mayoría de hogares españoles utilizarán casi completamente todos los electrodomésticos con LED.

Con respecto al precio del producto, Berges apunta a que el de una bombilla LED es dos o tres veces mayor al de una incandescente, pero se entima que la inversión se recupera entre uno o dos años. Además de que “la duración es muy superior, ya que hay algunas que pueden alcanzar las 40.000 horas”, confirma Bergé. Si se tiene en cuenta las variables precio y tiempo, a lo largo de la vida útil de una LED, “el precio ha disminuido más de un 50% en los últimos tres años”, comenta Alfredo. Al motivo económico para una mayor compra por parte del consumidor doméstico, también hay que sumar un ahorro importante en las emisiones de dióxido de carbono.

En cuanto al uso de tecnología LED, España se sitúa en el top tres a nivel europeo, compartiendo ránking con Inglaterra y Francia. La implantación en España, a finales de 2017, era del 63%, donde se recoge alumbrado doméstico, público y profesional. “Prácticamente, en las licitaciones de los concursos públicos ya no existe otra cosa que no sea LED, salvo algunas especificaciones. Cifra muy alta si la comparamos con otros países europeos”, añade Berges.

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