Michelangelo Buonarrotti (En español Miguelangel) 1475-1564-El genio del Renacimiento

 

La creación de Adán-Creazione di Adamo
280 × 570 cm.
Capilla Sixtina, Roma (Italia)

Una de los frescos estrella de la Capilla Sixtina es esta representación del episodio bíblico del Génesis en el que Dios da vida al primer hombre.

Dios es un anciano con barba rodeado de querubines y estira su brazo derecho para darle un chispazo de vida a Adán, una forma poética y conmovedora de representar el misterio de la creación de vida con pocos detalles. Ambas figuras tienen posturas muy semejantes, pues en la Biblia ya lo pone claramente: «Dios creó al hombre a su imagen y semejanza».

Llama la atención la forma en que Miguel Ángel representa el medio de transporte de Dios: parece una nube, una nave espacial casi. Y por supuesto hay científicos que quieren ver en esa forma ovalada la representación del cerebro humano con su lóbulo frontal, su quiasma óptico, su hipófisis y su cerebelo. Otros ven un útero con un cordón umbilical recién cortado.

Por cierto: el musculoso Adán, que mira lánguidamente a su creador, tiene ombligo (hubo controversia teológica por ello). Y destaca también ese enorme pene… Miguel Ángel decidió pintar desnudas a todas las figuras de la Capilla Sixtina. Años después, Daniel Volterra sería contratado para cubrir con paños todos los miembros.

El artista se pasó cuatro años gestando la obra (dicen que no se lavó en todo ese tiempo), así que Miguel Ángel es también una especie de Dios creador en sí mismo.

Entras en la Capilla Sixtina y el desmayo es inmediato. El lugar tiene las mismas dimensiones que el Templo de Salomón tal y como está descrito en el Antiguo Testamento y si miras al techo, vemos diversas escenas de la Biblia pintadas por un maestro, que no trabajó muy de buena gana, ya que se consideraba a sí mismo un escultor.

Uno de los frescos más famosos de la bóveda es «La creación de Adán» en la que se representa nada menos que- y por primera vez- la imagen de Dios.

Miguel Ángel lo pinta como un anciano musculoso y con barba, que crea al hombre por medio de una especie de chispa eléctrica a través de su dedo. Primer dato curioso: Dios es diestro. Y Adán es zurdo… Como Miguel Ángel.

El primer ser humano según la Biblia está reposando sobre un triángulo verde (representación de la Tierra) y está completamente desnudo (a ver cuanto tarda alguien en querer taparlo, que ya se intentó…). Ahí viene otro dato que a lo mejor es cosa mía pero llama la atención, y es la condición andrógina de Adán. Con ese micro-pene (como nos tiene acostumbrados Miguel Ángel en sus desnudos masculinos) casi podemos confundirlo con un órgano sexual femenino.

Dios por su parte, está en una especie de nave espacial (si, otra teoría para conspiranoicos y amantes de lo oculto… ¿era Dios un extraterrestre…?), que flota en el cielo. Está rodeado de ángeles y con su brazo agarra a una figura femenina: ¿Es Eva esperando su turno, o quizás Dios tiene una socia en todo este tinglado…?

Y aquí viene otra curiosidad, ya de todos conocida: este espacio es una ilustración anatómica perfecta del cerebro humano seccionado, con su lóbulo frontal, su quiasma óptico, el tronco del encéfalo, la hipófisis y el cerebelo.

¡Es un cerebro!.

Cerebro según la «Anatomía de Gray» (Henry Gray’s Anatomy of the Human Body, 1858)

Sabemos que Miguel Angel, como buen renacentista, entre el artista y el científico, diseccionó varios cadáveres en su vida. Y probablemente conocía como era el cerebro humano.

En 1990, el médico Frank Meshberger publicó un artículo en el Journal of the American Medical Association confirmando esta similitud y opinando que quizás el artista quiso representar con esto a Dios dotando a Adán no sólo de vida, sino de inteligencia suprema, que es la que tienen unos pocos seres humanos… Desde luego seguro que los que leéis estas líneas.

Otros científicos afirman que ese manto rojo alrededor de Diostiene la forma exacta del útero humano, aludiendo la tela verde que cuelga al cordón umbilical recién cortado.

Pero teorías e interpretaciones científicas al margen, «La creación de Adán» está en el Top 10 de las obras de arte más populares del mundo y pocas pinturas muestran en una sola imagen un concepto tan complejo como la creación de la vida.

El David de Miguelangel

Quizás la obra escultórica más popular de la historia del arte.

El David de Miguelangel 5,17 m de altura.
Galería de la Academia, Florencia (Italia)

Al bloque de mármol de Carrara que acabaría siendo el David,los canteros lo llamaban «El gigante». Medía más de 5 metros de alto y varios escultores habían intentado sacar algo de él sin éxito. Agostino di Duccio incluso dejó en el bloque un terrible agujero, quedando la pieza prácticamente inutilizada.

Pero en 1501, Miguel Ángel decide ponerse a ello (recordemos que tenía 26 añitos). Se pasó mucho tiempo mirando el bloque, que estaba en el patio del Departamento de Obras de la catedral, comido por la maleza. Dio vueltas a su alrededor durante meses. El artista ya estaba esculpiendo.

Ho visto un angelo nel marmo e ho scolpito fino a liberarlo.

(Vi el Ángel en el mármol y tallé hasta que lo puse en libertad.)

Miguel Ángel ya hablaba en sus escritos de la relación íntima que establecía con el mármol desde la cantera, y definía su trabajo como simplemente liberar o hacer salir la forma que ya estaba ahí.

Cuatro años se pasó Miguel Ángel esculpiendo la obra. A las pocas semanas de comenzar, el escultor pidió que levantaran cuatro muros alrededor del bloque, para poder protegerlo de los curiosos. Y claro, la expectación era máxima.

Poco se sabe de como fue naciendo la escultura. Miguel Ángelera un tipo que apreciaba el secretismo en el trabajo. No le gustaba nada que le observaran mientras trabajaba, quizás porque los curiosos y los críticos le ponían nervioso, o quizás porque quería mantener en secreto su método de tallar.

El caso es que cuando al fin se mostró la pieza, se derribaron los muros como en un gran espectáculo, y la gente quedó estupefacta.

Todo el mundo vio al fin el David, una colosal escultura que sobrepasaba los 5 metros y parecía más bien Goliat.

Lo que en principio era una escultura religiosa, tomó inmediatamente connotaciones políticas. Los Médicis habían sido expulsados de Florencia y la ciudad se había transformado en una república, por lo que el David fue visto como un símbolo de libertad, una obra de arte que recordaría a los gobernantes que debían proteger a Florencia de la injusticia, como había hecho el rey David.

Por supuesto hubo críticos. Sobre todo por la desnudez del joven, pero eran otros tiempos. Hace 500 años había una cierta libertad artística que incluso permitía el desnudo en el arte religioso (mirad el otro gran ejemplo de Miguel Ángel, la Capilla Sixtina). Dudo que una iglesia construida hoy en día permitiera tanta carne al descubierto.

Miguel Ángel no quiso vestir a su David porque para él la desnudez simbolizaba al hombre en armonía con la naturaleza.

Así vemos un desnudo explícito, sin hojas de parra ni pixelados. David exhibe su «pene pequeño» pues la proporción del cuerpo así lo necesitaba. Además ese tamaño era el ideal de armonía y simbolizaba la virtud, la superioridad espiritual, la belleza del héroe.

En ese sentido llama la atención que David, rey de los judíos, no está circuncidado. Muchos dicen que esa es la prueba de la visión que tenía el arte renacentista del ser humano, menos ligado a la religión y más a los valores de la belleza. ​

Pero en general todos quedaron extasiados con semejante obra de arte.

Vasari dice que «cualquiera que haya visto al David no tiene necesidad de ver otra cosa de ningún otro escultor vivo o muerto».

El David de Miguel Ángel es desde entonces el ideal de belleza masculina. Un hombre musculoso, en tensión y preparado para el combate. Su cuerpo está girado con un ligero contrapposto, su cabeza mira hacia su izquierda (hacia Roma), con los ojos fijos en su objetivo, con el ceño fruncido.

Es increíble que con un cincel, Miguel Ángel consiguiera semejante delicadeza. Ni siquiera hizo modelos de yeso previos a escala real, como hacían otros artistas de la época. Escultóricamente, El David fue una obra creada para ser contemplada desde distintos puntos de vista, al contrario que la manera medieval, que diseñaba las esculturas para ser vistas exclusivamente desde el frente.

Destaca el detallismo en los músculos, las venas, las uñas… Sólo le falta hablar.

Es un paso adelante de su anterior obra, el Moisés, de tal realismo que cuenta la leyenda que, al acabarlo, el artista golpeó la rodilla derecha de la estatua y le dijo «¿por qué no me hablas?»,sintiendo que la única cosa que faltaba por extraer del mármol era la propia vida.

Expulsión del Paraíso

El escultor Miguel Ángel «se rebaja» a pintar estos frescos ya inmortales.

Expulsión del Paraíso-Cacciata dei progenitori dall’Eden
280 cm × 570 cm.
Capilla Sixtina, Roma (Italia)

«Caída del Hombre, pecado original y expulsión del Paraíso» es el sexto fresco que este genial artista pintó en la inmortal Capilla Sixtina, joya del Cinquecento.

En realidad, Miguel Ángel era escultor, pero al Papa Julio II se le metió en la cabeza que era él quien debía pintar la bóveda, y al final así lo hizo durante 4 intensos años en los que trabajó largas jornadas boca arriba sobre andamios, la pintura caía en sus ojos, no cobró algún que otro salario, se peleó con el pontífice (si algo tenía M. A. era mal humor) e incluso se cayó del andamio en un par de ocasiones.

Por si fuera poco, se dice que no se bañó en todo ese tiempo… Según sus ayudantes desprendía un olor insoportable: «Era como estar con un cadaver».

La capilla sixtina según la espectacular web del vaticano.

El artista debía utilizar sin experiencia alguna la técnica del buono fresco que no dejaba margen de error, y debía realizarse en tan sólo ocho horas antes de que todo secase.

Por eso son aún más impresionantes escenas como esta, que presenta un capítulo del Génesis con Adán junto al Árbol de la Sabiduría en cuyo tronco se enrosca una serpiente (con torso femenino) que entrega el fruto a Eva, recostada sobre unas rocas.

Como vemos, las anatomías son potentes, escultóricas y muy masculinas… Y es que no había nada que le gustara más a Miguel Ángel que un hombre desnudo.

Homosexual, a Buonarroti le repugnaba la figura femenina. Hasta para esculpir o pintar a sus mujeres utilizaba hombres como modelos… Quizás por ello Eva sea tan poco femenina…

El caso es que mucha gente de la Iglesia pensó que la Capilla Sixtina, más que un templo parecía un burdel con tanto pito al aire… Se dice que Miguel Angel frecuentaba las stufa, baños públicos donde a menudo se ejercía la prostitución «tanto con ostras como con caracoles»…

Los tormentos de San Antonio

El Miguel Ángel pre-adolescente.

Los tormentos de San Antonio-Il Tormento di sant’Antonio
47 cm × 34 cm.
Colección particular, ()

Primera obra conocida de Miguel Ángel Buonarroti, pintada cuando sólo tenía 12 años de edad.

La pintura muestra a San Antonio atacado por una serie de criaturas fantásticas que representan las tentaciones, quizás simbolizando los sentimientos confusos de un pre-adolescente agobiado.

La composición circular muestra al santo en el aire, mientras unos demonios intentan arrastrarlo hacia el suelo, algo en principio muy poco renacentista y bastante gótico, tanto en formas como en contenido, en especial por esos seres que recuerdan inevitablemente a El Bosco. Todavía quedaban unos años para el el Cinquecento.

Cuando lo pintó, Miguel Ángel trabajaba como aprendiz en el taller de Ghirlandaio, en Florencia, pero ya comenzaba a frecuentar el jardín de San Marcos de los Médicis, donde estudió las estatuas antiguas que había allí reunidas y se empezó a plantear si lo suyo no era realmente la escultura.

Por cierto, según cuenta Vasari, fue también sobre esos años cuando un día, saliendo del jardín de los Médicis, el envidioso Pietro Torrigiano le dio un puñetazo y le rompió la nariz. Como consecuencia, le quedó una nariz chata para toda la vida, tal como podemos apreciar en todos sus retratos.

Tondo Doni

Una de las joyas del cinquecento italiano.

Tondo Doni 120 cm. de Ø.
Galleria Uffizi, Florencia (Italia)

La palabra «tondo» significa «redondo» y se usaba a menudo para referirse a obras como esta, que tenían un formato circular.

Miguel Ángel pintó «Tondo Doni» por encargo para el banquero florentino Agnolo Doni, que quería conmemorar su reciente matrimonio con Maddalena Strozzi y decidió regalarle esta obra redonda para poner sobre la cama en su dormitorio (este formato se asoció al matrimonio durante el Renacimiento).

El artista era ante todo escultor, pero se ve que el banquero le pagó bastante bien y decidió «rebajarse» a pintar con témpera,aún cuando odiaba la pintura.

La obra representa a la Sagrada Familia, con su San José atrás, la Virgen, que como todas las figuras femeninas de Miguel Ángel,está bastante fortachona, y por supuesto el Niño, también con unos buenos musculitos.

La obra sorprendió a todo el mundo del cinquecento por las extraordinarias poses de los personajes. María está sentada en el suelo y retuerce su cuerpo en espiral para poder sostener a su hijo, que se está agarrando de su pelo para no caerse.

Llama la atención el fondo del cuadro, con toda esa gente en pelotas (todo hombres, por cierto). Algunos los consideran ángeles ápteros (sin alas), pero la mayoría de historiadores quiere ver en ellos al mundo pagano anterior al nacimiento de Jesucristo. Un niño hace de mediador entre los dos grupos. Es San Juan Bautista, siempre entre el paganismo y el cristianismo.

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