Carlos Luis Spegazzini

Carlos Luis Spegazzini (1858-1926)

Nació en Bairo, distrito de Ivrea, Piamonte (Italia), el 20 de abril de 1858, hijo del general del ejército piamontés Luis Spegazzini y Carolina Turina, perteneciente a una familia de diplomáticos.  Hizo sus primeros estudios en el famoso colegio Marco Foscarini de Venecia, e ingresó más tarde a la Scuola Enologica di Conegliano, donde se recibió en 1879.  Fue su maestro el célebre botánico italiano Pier Andra Saccardo, quien despertó su vocación por la micología y la fanerogamia.  A los 18 años le comunicó el resultado de sus primeros estudios sobre ciertos hongos parásitos de plantas y sus estados evolutivos.

A fines de 1879, se embarcó con destino al Brasil, pero al llegar a Río de Janeiro, la encontró azotada por una epidemia de fiebre amarilla, por lo que resolvió continuar su viaje a Buenos Aires.  Aquí conoció al doctor Domingo Parodi, bajo cuya protección se hizo coleccionista, organizador de herbarios, preparador de pieles y esqueletos de animales.

En noviembre de 1880, se incorporó al gabinete de Historia Natural de la Facultad de Ciencias Físicas y Naturales, encargado de coleccionar plantas y hacer preparados microscópicos.  Bien pronto realizó excursiones por los alrededores de la ciudad, conoció el Riachuelo, San José de Flores, Recoleta, Palermo e hizo su primera publicación sobre los “Funghi argentini pergillus primus”, en los “Anales de la Sociedad Científica Argentina”.  En esa institución pronunció varias conferencias.

En 1881, denunció en los diarios de la capital, la existencia en el país de la Peronóspora de la vid (plasmofora vitícola).  A fin de ese mismo año, se incorporó a la expedición científica a la Patagonia y Tierra del Fuego en la corbeta “Cabo de Hornos” bajo la dirección del teniente de la marina italiana Santiago Bove, como botánico y representante de la Universidad de Buenos Aires.  Después de haber recorrido varios puntos de la costa patagónica y de la isla de los Estados tuvieron que abandonar en Punta Arenas el “Cabo de Hornos”, porque no se prestaba para la navegación en los canales del archipiélago fueguino, debiendo continuar en la goleta “San José”.  Lamentablemente naufragaron en la bahía  Slogget, pero los náufragos fueron recogidos por el cúter “Allen Gardiner” de las Misiones inglesas, que los llevó nuevamente a Punta Arenas, en donde persistiendo en su empeño explorador alquilaron la balandra “San Pedro” para continuar recorriendo la costa de Tierra del Fuego y luego Río Gallegos y Santa Cruz.  Finalmente se embarcaron de nuevo en el “Cabo de Hornos” y regresaron a Buenos Aires.

Las colecciones hechas por el sabio Spegazzini en esa expedición fueron numerosas y de un gran valor científico  Las correspondientes a la Patagonia, estrecho de Magallanes e islas de los Estados se salvaron por haber quedado a bordo del “Cabo de Hornos”, perdió, en cambio, en el naufragio, lo que había recogido en parte de Tierra del Fuego.  En medio de tanta desgracia, afortunadamente, tuvo la suerte de salvar sus libretas de apuntes que contenían un catálogo minucioso de todas las plantas, tanto fanerógamas como criptógamas observadas en cada localidad visitada y las descripciones detalladas de las especies que le eran desconocidas o de las que por sus flores u otros caracteres merecieron su especial atención.

Durante ese viaje Spegazzini recogió ejemplares de 1.108 especies botánicas (293 fanerógamas, 20 pteridófilas, 461 de hongos, etc.).  Su labor fue elogiada por Bove y también por Alberto de Agostini.  Además, estudió las lenguas y costumbres de los indígenas, su vocabulario, y publicó elementos de su gramática.

En 1883, hizo nuevos viajes a Santa Cruz, y uno de estudio por el norte del país hasta el Chaco y el Paraguay.  Formó parte, en carácter de bacteriólogo, de la comisión encargada de elegir y dictaminar sobre el lugar en que había de fundarse la nueva capital de la provincia de Buenos Aires.  En ésta, que tomó el nombre de La Plata, se radicó en 1884, y contrajo matrimonio con María de la Cruz Rodríguez.  Mientras, en 1883, fue nombrado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires para colaborar con el doctor Pedro. N. Arata, director de la Oficina Química creada poco antes.  La Universidad de Buenos Aires le encargó la dirección del Jardín Botánico. 

En 1885, ocupó la cátedra de higiene e historia natural, y luego la de química en el Colegio Provincial de La Plata, recientemente creado.  Dos años después formó parte del personal docente del Instituto Agronómico de Santa Catalina, que pasó más tarde a la Facultad de Agronomía y Veterinaria, encargándosele el curso de patología vegetal.

Spegazzini poseía una vasta y profunda ilustración, así que enseñó, además de la botánica a la cual se dedicó especialmente, zoología, mineralogía, geología, micrografía y química.  Fue designado director general de estudios en 1890, y vicedecano a principios de 1891.  En abril del citado año, por razones de índole económica, el gobierno de la provincia propuso a la Legislatura la clausura de la Facultad.  Spegazzini junto con el veterinario Desiderio Bernier expuso el grave error que tal decisión significaba, consiguiendo salvar a la Facultad.  En la nueva organización conservó la dirección de los estudios hasta 1899.  Volvió a ella en 1905, como miembro del Consejo de Enseñanza.

En 1898, al fundarse el Ministerio de Agricultura de la Nación, Spegazzini asumió la dirección de la sección Botánica y Fitopatología.  Reunió allí junto a su hijo  Propile Luis (fallecido en 1911), el Herbario del Ministerio.  También fue profesor de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad de La Plata, donde enseñó química analítica; en la Facultad de Química y Farmacia dictó botánica médica desde 1900 hasta su jubilación en 1912.

Siendo Florentino Ameghino director del Museo de Historia Natural, en 1903 lo nombró botánico, desempeñando ese cargo por espacio de veinte años.  Fue consejero, académico y vicedecano de la Facultad de Agronomía de La Plata, donde revalidó su título, miembro correspondiente de academias y sociedades científicas nacionales y extranjeras, socio honorario de la Sociedad Científica Argentina y de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, académico honorario del Museo de La Plata, fundador de la Sociedad Ornitológica del Plata (hoy Asociación Ornitológica del Plata), y de la Revista Argentina de Botánica.

Participó en numerosos congresos, comisiones nacionales y extranjeras, y su producción científica que se eleva a más de 200 trabajos abarca sobre todo las fanerógamas y los hongos. 

Cuando comenzó sus estudios sobre la flora patagónica, se conocían en la Argentina tan sólo 39 especies de hongos que habían sido recogidos en expediciones anteriores por Alcides D’Orbigny, Charles Darwin y otros investigadores.  Con los estudios de Spegazzini esta cifra se elevó a 2.500.  Puede decirse que el sabio no dejó de explorar rincón alguno de la Argentina que pudiera ofrecer un interés botánico. 

En 1907, con dos de sus hijos y un reducido número de colaboradores, se internó en la selva misionera partiendo de Santa Ana de Loreto por el río Yaberibí hasta el río Chapú, y de allí a Fracán, en donde establecieron su centro de trabajo, llegando en sus incursiones a Yaguaritica, San Pedro, Pepirí-Guazú y hasta las cabeceras de San Antonio.  Se tuvo conocimiento de su regreso a los centros poblados, cuando una nueva expedición estaba a punto de emprender su rescate, considerándolo perdido en la selva.  De esta expedición regresó con más de 6.000 ejemplares botánicos, 4.000 insectos reptiles y rocas.

El Tercer Congreso Internacional de Botánica, reunido en Bruselas, en 1910, incluyó su nombre entre los micólogos más eminentes de la época.

Sus publicaciones son famosas en todo el mundo, por el gran aporte que significaron para la anatomía y sistemática vegetal.  Entre ellas podemos mencionar tres: 1) “Cactasearum platenses tentamen”; 2) “Funghi argentini nova v. critici”, en el que describió aproximadamente 882 especies de hongos argentinos; 3) “Mycetes argentiinenses”, publicado entre 1899 y 1912, en el que trató 1.546 entidades taxonómicas.  En 1925, publicó la “Revista Argentina de Botánica”, en cuatro entregas escritas casi enteramente por él.

Spegazzini era un políglota: dominaba el latín y el griego, hablaba todos los dialectos italianos; el francés, el alemán, el inglés, el castellano, el portugués, los idiomas de la Malasia, el japonés, las lenguas fueguinas, el guaraní, etc.

Falleció en La Plata, el 1º de julio de 1926.  Numerosas y muy demostrativas fueron las honras fúnebres.  Dejó un testamento donando una casa de la Calle 55, Nº 477, al Museo de la Plata, para ser destinada a un Instituto de Botánica que lleva su nombre, incluyendo su instrumental, colecciones, exicata y biblioteca.  La inauguración de este instituto tuvo lugar el 26 de abril de 1930.

El Laboratorio de Farmacología Experimental del Instituto Biológico Argentino, inaugurado en Florencio Varela (Prov. de Buenos Aires), en 1927, lleva también su nombre.  La Sociedad Argentina de Ciencias Naturales decidió consagrar un número íntegro de su revista “Physis” a la memoria de este gran botánico.  Sendas calles de la ciudad de La Plata y Buenos Aires, así como una estación del Ferrocarril Roca, lo recuerdan por su labor científica.

Fuente

Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1985).

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

Moncaut, Carlos Antonio – Carlos Luis Spegazzini, el ilustre sabio platense.

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